Si el verano te ha dejado unos kilitos de más y ya estás pensando en ponerte a dieta, no te precipites y fíjate en los errores que puedes estar cometiendo en tu alimentación. Es muy probable que haciendo pequeños cambios en tu menú diario consigas recuperar tu figura sin darte cuenta.
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Perder unos pocos kilos, 3 - 4, puede resultar mucho más sencillo de lo que parece. Es bastante normal que aparezcan después de un periodo de vacaciones donde la actividad física ha disminuido y han estado permitidos determinados caprichos culinarios. Si quieres recuperar tu
figura sin demasiado esfuerzo, de forma progresiva (sin bajadas bruscas de peso) y duradera,
prueba a cambiar algunos hábitos alimenticios y verás cómo eliminas esos kilos casi sin darte cuenta.
Uno de los errores más comunes a la hora de decidirte a hacer una mini
dieta es
eliminar alguna comida. Esto no solo es un error sino además una práctica muy poco saludable. Tienes que mantener las cinco comidas diarias: desayuno, tentempié de media mañana, almuerzo, merienda y cena. La clave está en los alimentos que incluyas en cada uno de ellas y, por supuesto, en las cantidades.
Elige cada día un menú variado y equilibrado (no tienes porqué eliminar ningún alimento) y
realiza comidas moderadas en cuanto a las proporciones. Si te saltas una comida las consecuencias no son buenas. Llegarás desfallecida a la siguiente, tendrás
ansiedad y sensación de
hambre y, además, tu metabolismo se ralentizará y no quemará la energía que requiere la propia digestión.
Come de todo en porciones pequeñas, así no pasarás desconsuelos ni tendrás la impresión de estar siguiendo régimen severo.
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Apúntate a
un buen desayuno cada mañana, pues está demostrado que las mujeres que no se saltan la primera comida del día, adelgazan y consiguen mantener su peso con mayor facilidad. Incluye
cereales, imprescindibles por su contenido en fibra, pero elígelos integrales, engordan muchísimo menos que los que no lo son. Una pieza de fruta o un buen zumo y algún lácteo desnatado tampoco pueden faltar.
Si quieres variar, también puedes probar con alimentos que tal vez no consumas habitualmente como los saludables derivados de soja o el prodigioso
kéfir, que, con cero grasas, te ayudará además a reforzar tu sistema inmunológico.
Otro de los errores frecuentes es caer en la tentación de asaltar la nevera cuando el hambre ataca. No tiene porqué ocurrirte si sigues un plan de comidas ordenado, pero, sobre todo, los primeros días suele pasar. Para evitarlo,
recurre al picoteo saludable. Es sencillo. En lugar de tomar lo primero que encuentres, ten preparadas una serie de "provisiones" para los momentos del gusanillo. Un bol con frutas variadas ya peladas, cortadas y aderezadas con un poco de edulcorante líquido, unos minirollitos de jamón york y queso de burgos, unos tomatitos cherry con un poco de orégano, zanahoria y pepinillos rallados... múltiples ideas para que no tengas remordimientos por haber picado entre horas.
La forma de preparar los distintos alimentos también es fundamental a la hora de deshacerte de unos cuantos kilos.
El horno, la plancha y la cocción al vapor son tus aliados. Reduce los fritos al mínimo (siempre escurriendo bien con papel absorbente antes de consumirlos) y elimina temporalmente los rebozados. Los alimentos cocinados de las tres formas indicadas conservan todas sus propiedades aportando todos los nutrientes que necesita tu organismo y las mínimas grasas. Esto no quiere decir que tengan que ser comidas "sosas" o muy poco apetecibles.
Usa tu imaginación y recurre a todos los alimentos y, sobre todo, a las especias a tu alcance para cuidarte con platos deliciosos. Ajo, cebolla, pimiento, tomate... y además curry, tomillo, comino... adereza tus pescados al horno, tus carnes a la plancha o haz un irresistible salteado de verduras.
Tienes multitud de ingredientes (que tal vez no utilizas habitualmente) para que tus platos "de dieta", sean un lujazo. Este consejo también vale para las ensaladas. No las hagas tristes, llénalas de
color y texturas diversas (mezclando distintos tipos de lechugas y otros vegetales) y también de aromas atractivos aderezándolas con originales
vinagretas.
No te vayas a la cama sin cenar, error común, pensando que así te levantarás más ligera (y si te duermes te olvidas del hambre). No es aconsejable. Lo correcto es una cena no demasiado copiosa y dejando un margen de tiempo (más o menos una hora) antes de irte a la cama (darás tiempo a que tu organismo digiera los alimentos antes de dormir y descansarás mucho mejor que con el estómago vacío).
Por último, recuerda que la
ingesta de líquidos (agua, zumos e
infusiones) es fundamental para eliminar grasas y
toxinas y recuperar tu silueta de la forma más natural. Es sencillo, todo es empezar.
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