Alinea tus compromisos con tus convicciones

Está regla se enfoca al actuar de acuerdo a lo que dices, piensas o quieres. Es decir, que haya coherencia entre tus palabras, tus pensamientos y tus objetivos, con tus acciones.  Pues de nada sirve que tengas metas en la vida si no haces lo que debes hacer para alcanzarlas; de nada sirve que quieras bajar de peso si no empiezas por hacer ejercicio; de nada sirve que estés en contra de la corrupción si tú también eres copartícipe de este delito. De nada sirve…

¡Alinea tus compromisos con tus convicciones! Por ejemplo; si quieres ser millonario, empieza por aprender cómo generar riqueza, cómo gestionar un negocio, cómo funciona la economía del país y el sistema financiero, empieza también por definir en qué área quieres desempeñarte, para luego invertir tu tiempo en capacitación; leyendo libros, yendo a cursos, trabajando, etc.  De igual manera, si quieres acabar con la corrupción, no seas cómplice de este crimen y empieza por ser honesto contigo y con los demás asumiendo las consecuencias.  Asimismo, si quieres ser un futbolista profesional, comienza por entrenar todos los días. Y si quieres recibir, pues sé el primero en dar.

Todo tiene su precio.

Todas las cosas en la vida tienen su precio y por lo tanto cuesta adquirirlas. En otras palabras, si quieres algo debes pagar por su precio. Y no estoy hablando de dinero, el verdadero valor de las cosas no se mide en dinero, sino en qué tan importantes resultan para ti. El precio en dinero es una manera de expresar ese valor en el mercado, pero hay cosas que no tienen una etiqueta para saber cuánto cuestan, por ejemplo; ser gerente de una compañía, conquistar a la mujer de tus sueños, o sacar 10 en el examen. Para adquirirlas, se requiere de muchas horas de trabajo o estudio, se requieren estrategias de acción, requieren también voluntad, perseverancia, entre otras cosas. El costo es relativo entre las personas, pues a mí algo me puede resultar más o menos costoso que a ti, sin embargo, todos tenemos que pagar para ese precio.

Todo lo que me sucede es obra mía.

Yo soy responsable de lo que me pasa y tú eres responsable de lo que te pasa. Nadie más lo es. Estoy de acuerdo que hay cosas que no podemos controlar pues están fuera de nuestro alcance y muchas veces sentimos esa impotencia de no poder hacer nada, sin embargo, déjame decirte que siempre hay una solución que te permitirá seguir adelante y construir el futuro que siempre has soñado. Ahora estarás de acuerdo de que tú eres el responsable de tu futuro, de que nadie más va a buscarle solución a tus problemas y mucho menos cumplirá tus sueños.

Si te corrieron del trabajo, algo tuviste que ver, si tu novia te dejó, algo tuviste que ver. Si así fue, recupera lo que perdiste y corrige tus errores para que no vuelva a pasar, y si realmente era algo ajeno a tu responsabilidad, qué esperas para buscar otras oportunidades.

No te detengas

Las oportunidades se presentan a diario, tú decides si las tomas o simplemente las ves pasar para preguntarte después "¿Qué hubiera pasado si…?, ¿Cómo sería mi vida si…?"

¿Cómo reaccionas tú ante una oportunidad? Si no te has analizado has esta prueba; pregúntate ahora mismo que harías si una persona sacara un billete de 1000 pesos de su bolsillo y te lo ofreciera, lo tomarías si hacer preguntas, o te quedarías parado pensando "¿Qué tengo que hacer para obtenerlo?, ¿Realmente me lo vas a dar así nada más?"

Las oportunidades son para todos, la única diferencia es que unas personas saben cómo aprovecharlas, mientras que otras prefieren verlas pasar ya sea porque tienen miedo, flojera, o por conformistas.

Hay que prevenir, no corregir

No esperes a que algo malo suceda para corregirlo o que algo se te salga de control, mejor trata de prevenir todo con anticipación. De esta manera, te será más fácil la vida pues podrás tener todo en tus manos, mitigando así, los riesgos de posibles accidentes. De lo contrario, vivirás angustiado, corrigiendo y reaccionando ante todas las contingencias, y dicha tensión se acrecentará cada vez más conforme se te junten más contratiempos.

"El hombre cauto jamás deplora el mal presente; emplea el presente en prevenir las aflicciones futuras" William Shakespear.