EL VINO Y LOS MUERTOS
En la cristiandad estamos en las fiestas de Todos los Santos y de los fieles difuntos, si bien algunos intoxicadores venidos de tierras foráneas nos quieren contaminar con la fantochada, nunca mejor dicho, de halloween.
En mi tierra natal se celebraba esta fiestas, con los tradicionales "panallets" (especie de mazapán con piñones y otros pastelicos chicos) y la mistela (vino dulce), y se iba a comprar castañas pues en esta época en aquel entonces era cuando empezaba a apretar el frío y eso de estar junto a la fogata de la castañera donde la mujer asaba la castaña hasta que la piel se abría era todo un lujo. Por diez pesetas te llenaba una "paparina" (cucurucho) hecha con el papel del Diario Telexpress y te calentabas las manos mientras ibas andando pensando en el sabor de la castaña caliente, no sin echar mano a una de estos frutos que mermaban la cantidad que había obligatoriamente compartir con tus hermanos, aquello era toda una delicia.
Estas tradiciones con las tres misas seguidas el color morado y el repique de las campanas con el tintineo a muerto junto el frío casi polar marcaron toda una época, tanto es así que mi querida madre en estas fechas, estuviera donde estuviera me enviaba una caja de "panallets" de Casa Piera la tienda de mi abuela, ahora no lo hace ya que si los tuviera que enviar al Nuevo Mundo el panallet saldría aprecio de oro y además llegaría mas duro que una piedra.
Por eso siempre me han caído simpáticos los muertos. Estaré mal de la cabeza pero para mi la muerte es vida, tanto es así que cuando se murió mi padre, fue uno de los días mas felices de mi vida - con la tristeza propia de la separación- pues sabia que ya gozaba de la eternidad que es la verdadera vida, valga la redundancia, para toda la vida, es decir para siempre, para siempre para siempre.
Estoy seguro de esto, mas seguro de que este yo ahora escribiendo, pues además de mi fe verdadera, ojo la única, de lo contrario no sería verdadera, se por razones más que teológicas que esto de la muerte es vida.
Una vez uno muere, se le viene el juicio por lo que ha hecho y recibe el premio o el castigo, al castigo irá sólo aquellos que libremente han decidido ir empeñándose en ir, ya que si uno ha sido mas o menos Dios es Misericordioso, y con una pasadita por el purgatorio uno queda planchado para la eternidad.
Y lo único que estoy seguro de esto de la eternidad es que es para siempre y que en la eternidad hay vino. Y usted se preguntará ¿Cómo esta seguro que hay vino? Y le contesto el mismo Jesús nos lo a revelado en el Evangelio y con una frase textual etre comillas dicha por Él:
ἀμὴν λέγω ὑμῖν ὅτι οὐκέτι οὐ μὴ πίω ἐκ τοῦ γενήματος τῆς ἀμπέλου ἕως τῆς ἡμέρας ἐκείνης ὅταν αὐτὸ πίνω καινὸν ἐν τῇ βασιλείᾳ τοῦ θεοῦ.
Es decir: "Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre" (Mateo 26:27-29).
O sea que aquel refrán popular que dice " El muerto al hoyo y el vivo al bollo" no es cierto lo cierto es " El muerto al bollo y el vivo al rollo". Así pues igual que hablamos de música celestial, debemos hablar de vino celestial.
CONSULTEN, ESCRIBAN OPINEN LIBREMENTE
Saludos
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
DIPLOMADO EN GESTION DEL CONOCIMIMIENTO DE ONU
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