A mi edad, en ese entonces 88 años, les comenté a mis familiares lo
cansada que estaba de haber trabajado toda mi vida y seguir haciéndolo
en mi parcela de la comuna de Pirque. Después de estos repetidos
comentarios, empecé a recibir visitas muy cariñosas de mi querido
sobrino José Víctor Gandarillas Chadwick, el cual comenzó a venir muy
frecuentemente con su familia a mi parcela a visitarme.
Mi sobrino José Víctor Gandarillas Chadwick, era en ese entonces
Gerente de Help, y muy relacionado con el sistema de salud privado,
director de varias empresas Penta e incluso director del Club Hípico
de Santiago, un día me sentí mal y él se ofreció a llevarme al
Hospital Clínico de la Universidad Católica. Me vieron médicos que él
conocía, y me dijeron que lo único que tenía era un tumor benigno en
el páncreas sin importancia, que por mi edad no era operable.
Continué sin ningún tratamiento, de acuerdo a lo que dijeron esos
médicos, con mi vida normal. Imagino ahora con mucho pesar y gran
pena, que ya mi sobrino supo en ese momento el verdadero diagnóstico
médico, que yo ya tenía el comienzo de la enfermedad que hoy tengo tan
avanzada y sobre la cual no tuve ningún tratamiento, de ningún tipo
ni siquiera un control en esa época.
Después de esto, un día el me recordó lo mucho que trabajaba y que
quería proponerme un arriendo de mi parcela, así yo recibiría un
alquiler sin tener que seguir preocupándome de la cosecha y venta de
mis nueces.
Acepté encantada la proposición del que consideraba mi querido
sobrino José Víctor Gandarillas Chadwick, de arrendarme mi Parcela
número dos, Hijuela Santa Isabel, comuna de Pirque, Región
Metropolitana, que adquirí, a Don Eduardo Vila Suárez, según consta
de Escritura Pública de nueve de Febrero de mil novecientos setenta y
siete, otorgado en la Notaría de Santiago de Don Jaime Morandé Orrego,
el título se inscribió a fojas trescientos treinta y nueve, número
cuatrocientos cuarenta y tres del Registro de Propiedad del
Conservador de Bienes Raíces de Puente Alto, correspondiente al año
mil novecientos setenta y siete. El me ofreció UF 55 de arriendo
mensual comentándome que era necesario hacer un contrato, aún cuando
éramos parientes tan cercanos y de relaciones de mucha confianza, por
motivos tributarios debido a que impuestos internos se lo exigía.
Además, tuve muy presente que el precio ofrecido por el arriendo
estaba más o menos de acuerdo con los cánones que yo conocía en el
sector, aún cuando era un poco inferior a otros, pero me sentí muy
aliviada al saber que yo seguiría en mi casa recibiendo un depósito
mensual para mis gastos básicos, aunque yo estaba consciente que la
parcela tenía una muy buena producción de nogales en plena
productividad que anualmente me producían a lo menos 30 toneladas.
Un día de abril del año 2007 me llamó a mi celular, para que
firmáramos el contrato de arriendo. Debido a que yo estaba terminando
mi cosecha y empezaba un nuevo año agrícola, yo le manifesté que
estaba en plenas faenas agrícolas, no podría en esos días salir de mi
parcela, a lo que él me respondió que no me preocupara y que este
contrato era muy simple, que me enviaría a su secretaria Patricia
Soledad Pulgar Pulgar, para que me sacara la firma. Efectivamente,
llegó Patricia a mi parcela en un Radiotaxi, con un sobre donde me
dijo que me traía el contrato de arriendo para que se lo firme. Le
pregunté donde ponía mi firma, y ella me mostró el lugar donde
figuraba mi nombre, luego sacó un tampón donde puse mi huella digital
y confiadamente firmé ya que estaba segura que lo que estaba firmando
era el contrato de arriendo ya conversado con él, no me pareció
extraño que fuera Patricia, sin haber concurrido a ninguna Notaría ya
que se trataba del algo privado. Jamás imaginé lo que pasaré a
detallar más adelante.
Aquí es donde comienza realmente mi calvario, el sentirme estafada, no
solo económicamente, sino afectivamente, por mi sobrino carnal que yo
consideraba muy querido y que él solo estaba esperando el momento
oportuno para abusar de mi inocencia, confianza y cariño.
Mucho tiempo después, al mirar casualmente un recibo de contribuciones
me percaté que estos figuraban a nombre de un señor de apellido
Nieto Chadwick y luego de muchas averiguaciones me enteré que el
contrato de arriendo se había convertido en una renta vitalicia, en la
que se me despojó del dominio y propiedad de mi parcela donde
aparecía mi firma en una Notaría de un Señor Patricio Raby Benavente
ante una Señora María Virginia Wielandt Covarrubias. La verdad es
que yo jamás he estado ni he firmado nada en dicha notaria que tengo
entendido queda en la calle Moneda. Y no conozco a dicha señora María
Virginia Wielandt Covarrubias, lo único que firmé en esa época fue el
contrato de arriendo ante Doña Patricia Soledad Pulgar Pulgar, en mi
domicilio de Pirque, como lo relaté anteriormente. A los pocos días
después de haber firmado el que creí era un arriendo, mi sobrino había
vendido el 20% a su sobrino señor Nieto Chadwick.
Me sentí absolutamente estafada por mi "querido" sobrino, me di cuenta
que después de haber obtenido esa firma no me había llamado ni
visitado nunca más y yo sabía que semanalmente concurría él y su
familia a la parcela sin ni siquiera pasar a la casa a visitarme. Está
demás decir lo mal que me he sentido este tiempo sabiendo que un ser
querido me había estafado en esta forma, no tenía ánimo para ni salir
a caminar en mi propia parcela.
Y lo peor, que ya me colmó la paciencia y me causa muchísima
indignación, fueron dos cosas, que sucedieron el año pasado 2010:
Primero: que apareciera un día mi sobrino José Víctor Gandarillas
Chadwick a contarme que tenía una oferta de compra de la parcela, que
le estaban ofreciendo $400.000.000 y me ofreció si entregaba la casa y
renunciaba al comodato la suma de $ 20.000.000.
Segundo: el pasado octubre se me manifestó la enfermedad que tengo en
la actualidad de manera más aguda, como consecuencia de no haber
tenido ningún tratamiento y la frialdad y falta de cariño de mi
sobrino José Víctor Gandarillas Chadwick ha sido impresionante. He
tenido que recurrir al sistema de Salud Publica, debido a los escasos
recursos de que dispongo.
Ahora mediante esta declaración, quiero hacer algo para restituir de
alguna forma todo este engaño y dejar mi testimonio de cómo sucedieron
las cosas.
Deseo dejar constancia escrita de todo lo que siento, mi estafa
económica al quitarme de mala fe mi parcela y mi maltrato emocional,
ya que mi afecto por mi sobrino José Víctor Gandarillas Chadwick y por
su familia era muy grande y sincero. Espero que algún día se haga
justicia y yo o mis herederos recuperen el dominio y propiedad de mi
querida Parcela.
Esta declaración está hecha ante el notario de Puente Alto don Eugenio
Camus Mesa según escritura pública de fecha 2 de Febrero del 2.011 por
doña María Isabel Gandarillas Vial viuda de Echeverría.
Si te indigna la frescura de este delincuente de cuello y corbata
director de varias empresas Penta incluso Cuprum Presidente del Banco
de los Pobres, director del Club Hípico de Santiago. Afortunadamente
de varias lo han echado.
Reenvíalo a tus amistades, está impune hasta el momento.
CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN .
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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