Wallis Simpson vuelve como ícono de la moda (+ fotos)
17/03/2011. LONDRES (AP) — Atenta, Kate Middleton. Otra consorte está bajo los faroles a poco más de un mes de la boda real.
Wallis Simpson, la estadounidense divorciada que escandalizó a Gran Bretaña y provocó que el rey abdicara en los años 30, está otra vez de moda.
Aparece como uno de los personales de "The King's Speech", ganadora del Oscar a la mejor película, en la que juega el papel de la instrusa que conquista a Eduardo VIII alejándolo de sus obligaciones reales, lo que lleva a que el hermano tartamudo termine en el trono. Y en series británicas como "Upstairs Downstairs" y "Any Human Heart" aparece amenazadora, pero derrochando glamour.
Simpson es, además, sujeto de dos nuevas biografías, y es el personaje principal de "W.E.", una cinta dirigida por Madonna.
El asombroso estilo de Simpson sigue inspirando a diseñadores, sus joyas se vendieron en 13 millones de dólares en una subasta de Sotheby's, y ahora sus seguidores incluso están adquiriendo sus prendas íntimas. Uno de sus vestidos de noche de chiffón rojo se vendió el jueves por más de 10.500 dólares y por su neceser de Louis Vuitton pagaron 77.500 dólares.
Icono de la moda, heroína romántica, villana: Simpson es una figura complicada. Anne Sebba, que publicará en agosto la biografía "That Woman: A Life of Wallis Simpson, Duchess of Windsor", considera que la fascinación con ella está en justamente ese sentido de misterio.
"¿Por qué y cómo una mujer de mediana edad, sin una belleza tradicional, que ya no estaba en edad de tener hijos y con dos esposos aún con vida conquistó a un hombre de una forma tan arrebatadora que éste renunció no sólo al trono sino a un imperio para vivir con ella?", pregunta Sebba.
Aún es posible sentir cierto escalofrío por el escándalo generado por Simpson en la Gran Bretaña de los años 30. La divorciada de Baltimore, Estados Unidos, todavía estaba casada con su segundo esposo cuando empezó a salir con Eduardo, en ese momento heredero a la corona.
Los reportes sobre el amorío fueron censurado en Gran Bretaña, lo que no impidió que se regaran los rumores de que, por ejemplo, Simpson era una espía, una bruja, una simpatizante nazi, una prostituta —había vivido en un licencioso Shanghai en los años 20— e incluso transexual.
Dividido entre su deber y su pasión por Simpson, Eduardo abdicó al trono en diciembre de 1936. En una emisión radial anunció: "Se me hace imposible… seguir con mis labores como rey como desearía sin la ayuda y el apoyo de la mujer que amo".
El hermano menor del rey se convirtió inesperadamente en rey Jorge VI, como cuenta "The King's Speech". Eduardo y Wallis, convertidos en duque y duquesa de Windsor y para algunos supuestos simpatizantes nazi, fueron despachados a las Bahamas. Luego de la guerra, se mantuvieron más que todo alejados de Gran Bretaña, llevando una vida nómada de lujo.
Muchos en Gran Bretaña jamás perdonaron a Simpson, incluyendo a la esposa de Jorge VI, Elizabeth, quien se convirtió en reina y luego en la reina madre.
Culpó a Simpson —a quien llamaba "esa mujer"— por obligar a su esposo a asumir el trono. Para Elizabeth el estrés contribuyó con su muerte temprana.
La viuda de Jorge, quien falleció en el 2002 a los 101 años, fue una de las figuras más queridas de la realeza británica. Robusta y maternal, fue para muchos todo lo que la duquesa de Windsor no era.
"Wallis tenía los mejores trajes", escribió la autora Justine Picardie hace poco en el Daily Telegraph, "pero Elizabeth tenía el corazón".
Muchos británicos compartieron esa animosidad de la reina madre hacia Wallis Simpson.
Ella era considerada "demasiado ambiciosa, demasiado ruda, demasiado codiciosa, demasiado masculina, demasiado sexual, demasiado cruel, demasiado divorciada, demasiado pro Alemania y demasiado estadounidense", escribió la novelista Rose Tremain hace poco.
Sebba dijo que por décadas mucha gente sintió que "ella y el duque no tenían idea de tres palabra de vieja data: deber, coraje y responsabilidad".
Pero siempre ha existido otra visión de la historia. Estadounidenses, en particular, tienden a ver a Simpson con mejores ojos y celebrar lo romántico de sus amores con el rey.
Sebba, quien tuvo acceso a material nunca antes examinado para escribir su libro, reconoció que Simpson "es una mujer difícil de querer", pero agregó que nunca la han comprendido.
"Fue una mujer que intentó crearse su propio camino con las cartas que le repartió la historia", señaló la autora.
Una de esas cartas fue un sentido bastante distinguido de la moda.
"No soy una mujer hermosa", escribió Simpson. "No tengo mucho que mostrar, entonces lo único que puedo hacer es vestirme mejor que todo el mundo".
En eso tuvo éxito, luciendo una figura perfecta y elegante en trajes de Christian Dior y muchos otros.
CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN .
Saludos
Rodrigo González Fernández
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