La dirección siempre ha sido asociada al género masculino, lo que dificultado la integración de la mujeres.
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Alta dirección: cómo se diferencian hombres y mujeres
Mientras las mujeres se apoyan en los demás para conseguir metas, los hombres se inclinan por el individualismo y la competencia. Conoce otras diferencias de género en la gestión de la alta dirección
Cada vez que se toca el tema de las diferencias que existen entre hombres y mujeres a la hora de dirigir empresas, resulta inevitable inmiscuirse en las cifras que destacan la escasa presencia de éstas últimas en dichos cargos
Un estudio realizado este año por la firma Grant Thornton, revela que una de cada cinco plazas de alta dirección en México son ocupadas por mujeres, lo que representa un retroceso frente a las cifras obtenidas en 2009, cuando una de cada tres posiciones ejecutivas eran para ellas.
Peor aún, los resultados que se desprenden del estudio International Business Report (IBR) 2011 señalan que 55% de las empresas mexicanas no tienen contratadas a mujeres en los puestos jerárquicos, cuando en 2009 sólo eran 38%.
A partir de estos datos, según Lourdes Munduate, académica de la Universidad de Sevilla y experta en el tema, parte la discusión que nos lleva inevitablemente a descubrir cuáles son las diferencias profesionales entre ambos sexos.
"¿Emplean hombres y mujeres diferentes estilos de liderazgo?, ¿explicarían estas diferencias la escasa presencia femenina en los puestos directivos?", plantea la española en su trabajo denominado "Diferencias entre hombres y mujeres en el acceso a los puestos directivos", aunque todo se reduce finalmente a contestar la pregunta: "¿Son las diferencias en los estilos de liderazgo o son otras diferencias las que explicarían esta situación?".
Las hipótesis derivadas por la profesional podrían desarrollarse en dos direcciones: la primera consistiría en asegurar que el propio ejercicio del liderazgo genera este desnivel de presencia en altos cargos, ya que "los modelos de socialización para el ejercicio de la función directiva han sido desarrollados por los hombres", afirma.
Dicha propuesta se une con aquellas personas que abogan por un estilo de liderazgo femenino, propio, en oposición al masculino, y que se caracterizaría, entre otras cosas, "por enfatizar la cooperación frente a la competición y la igualdad frente a la jerarquía".
La segunda afirmación consiste en asegurar que son los estereotipos de género los que explicarían las diferencias en el acceso a puestos directivos.
Según el investigador organizacional, Edgar Schein, tanto hombres como mujeres perciben que las características asociadas al éxito en los puestos directivos "se encuentran más próximas a las características asociadas a los hombres". De ahí nace su propuesta "think manager-think male" (pensar en dirección-pensar en masculino), indicando que este fenómeno tiende a desfavorecer a las mujeres en la selección para
los puestos directivos.
En otras palabras, se cree que el aspecto más relevante que amenaza el acceso de las mujeres a los altos cargos, tiene que ver con el estereotipo que asocia la dirección con el sexo masculino. "Si la función directiva es observada como algo 'masculino', entonces, en igualdad de condiciones, un candidato masculino aparece más cualificado que uno femenino, en virtud de este estereotipo de género", explica.
Diferentes en estilo
Más allá de las teoría, ¿cuáles son la diferencias pragmáticas entre un hombre y una mujeres a la hora de liderar una empresa?
Femenino-natural
En comparación al estilo tradicional de la dirección masculina, las mujeres se caracterizan por basarse tanto en lo racional como en lo emocional.
• El estilo básico de las mujeres directivas es la cooperación para conseguir los objetivos organizacionales, por lo que el equipo es la unidad fundamental.
• Frente a la consecución del éxito o el triunfo, el objetivo de la dirección femenina es el logro de la calidad.
• La resolución de problemas se hace a tanto a través de la intuición como de la estrategia racional.
• Las características más importantes de este estilo son un control reducido, comprensión, colaboración y niveles altos de rendimiento.
Tradicional-masculino
• El objetivo de este liderazgo son los resultados, centrándose en el "hacer", mientras que el femenino en el "ser".
• Para el hombre es importante mantener cierta distancia según jerarquía, toda vez que permite mantener relaciones profesionales que ayudan a la consecución de objetivos.
• La competencia resulta vital para escalar cada vez más alto, pues todos quieren ser mejor que el otro.
• Los valores organizacionales que subyacen al estilo masculino son la jerarquía, el individualismo, la competitividad, la dominación y el control.
Un estudio realizado este año por la firma Grant Thornton, revela que una de cada cinco plazas de alta dirección en México son ocupadas por mujeres, lo que representa un retroceso frente a las cifras obtenidas en 2009, cuando una de cada tres posiciones ejecutivas eran para ellas.
Peor aún, los resultados que se desprenden del estudio International Business Report (IBR) 2011 señalan que 55% de las empresas mexicanas no tienen contratadas a mujeres en los puestos jerárquicos, cuando en 2009 sólo eran 38%.
A partir de estos datos, según Lourdes Munduate, académica de la Universidad de Sevilla y experta en el tema, parte la discusión que nos lleva inevitablemente a descubrir cuáles son las diferencias profesionales entre ambos sexos.
"¿Emplean hombres y mujeres diferentes estilos de liderazgo?, ¿explicarían estas diferencias la escasa presencia femenina en los puestos directivos?", plantea la española en su trabajo denominado "Diferencias entre hombres y mujeres en el acceso a los puestos directivos", aunque todo se reduce finalmente a contestar la pregunta: "¿Son las diferencias en los estilos de liderazgo o son otras diferencias las que explicarían esta situación?".
Las hipótesis derivadas por la profesional podrían desarrollarse en dos direcciones: la primera consistiría en asegurar que el propio ejercicio del liderazgo genera este desnivel de presencia en altos cargos, ya que "los modelos de socialización para el ejercicio de la función directiva han sido desarrollados por los hombres", afirma.
Dicha propuesta se une con aquellas personas que abogan por un estilo de liderazgo femenino, propio, en oposición al masculino, y que se caracterizaría, entre otras cosas, "por enfatizar la cooperación frente a la competición y la igualdad frente a la jerarquía".
La segunda afirmación consiste en asegurar que son los estereotipos de género los que explicarían las diferencias en el acceso a puestos directivos.
Según el investigador organizacional, Edgar Schein, tanto hombres como mujeres perciben que las características asociadas al éxito en los puestos directivos "se encuentran más próximas a las características asociadas a los hombres". De ahí nace su propuesta "think manager-think male" (pensar en dirección-pensar en masculino), indicando que este fenómeno tiende a desfavorecer a las mujeres en la selección para
los puestos directivos.
En otras palabras, se cree que el aspecto más relevante que amenaza el acceso de las mujeres a los altos cargos, tiene que ver con el estereotipo que asocia la dirección con el sexo masculino. "Si la función directiva es observada como algo 'masculino', entonces, en igualdad de condiciones, un candidato masculino aparece más cualificado que uno femenino, en virtud de este estereotipo de género", explica.
Diferentes en estilo
Más allá de las teoría, ¿cuáles son la diferencias pragmáticas entre un hombre y una mujeres a la hora de liderar una empresa?
Femenino-natural
En comparación al estilo tradicional de la dirección masculina, las mujeres se caracterizan por basarse tanto en lo racional como en lo emocional.
• El estilo básico de las mujeres directivas es la cooperación para conseguir los objetivos organizacionales, por lo que el equipo es la unidad fundamental.
• Frente a la consecución del éxito o el triunfo, el objetivo de la dirección femenina es el logro de la calidad.
• La resolución de problemas se hace a tanto a través de la intuición como de la estrategia racional.
• Las características más importantes de este estilo son un control reducido, comprensión, colaboración y niveles altos de rendimiento.
Tradicional-masculino
• El objetivo de este liderazgo son los resultados, centrándose en el "hacer", mientras que el femenino en el "ser".
• Para el hombre es importante mantener cierta distancia según jerarquía, toda vez que permite mantener relaciones profesionales que ayudan a la consecución de objetivos.
• La competencia resulta vital para escalar cada vez más alto, pues todos quieren ser mejor que el otro.
• Los valores organizacionales que subyacen al estilo masculino son la jerarquía, el individualismo, la competitividad, la dominación y el control.
Fuente:
CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN .
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
Diplomado en Gerencia en Administracion Publica ONU
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