Sofía Loren |
Vibrante, rotunda, carnal, enorme, genialmente italiana...así es Sofia Villani Scicolone, más conocida como Sofía Loren, uno de los más grandes mitos que ha regalado el cine al mundo. De origen humilde, siempre decía de sí misma "Las dos grandes ventajas que tuve al nacer son haber nacido sabia y haber nacido pobre", tuvo el coraje de salir adelante en la Italia de la posguerra y llegar a lo más alto, encarnando (nunca mejor dicho) el sueño (y los sueños de los) americanos, convirtiéndose en una de las más glamourosas y elegantes estrellas del cine mundial de los 50 y 60. Alabada aún por su belleza, lo es también por su indiscutible talento para la interpretación. Sofía Loren vino al mundo el 20 de septiembre de 1934 en el hospital Regina Magerita de capital italiana; hija de la profesora de piano Romilda Villani y del ingeniero Ricardo Scicolone, muy ponto, tras el abandono de éste, se trasladaría junto a su madre y su hermana a Pozzcoli (Nápoles) donde pasaría su infancia. Con la segunda Guerra Mundial como marco histórico, la familia de Sofía adoleció de graves problemas económicos (agudizados por el absoluto desinterés de la figura paterna, que si bien cedió en dar sus apellidos a Sofía, no haría lo propio con su hermana, María) La pequeña Sofía, influenciada quizá por su madre, comenzó a estudiar magisterio, compaginándolo con sus participaciones en varios concursos de belleza en los que, a tenor de sus cualidades, arrasaba sin dificultad. Entre otros resultó elegida Miss Principessa del Mare en 1949, con 15 años, y Miss Eleganzza y Finalista de Miss Italia los años siguientes. Era evidente para todos que el increíble físico mediterráneo de Sofía le abriría muchas puertas. Quizá en venganza al abandono paterno, quizá sólo por motivos profesionales, el hecho es que Sofía se cambió el apellido por el de Lazzaro, y como tal figuraría en los créditos de varias fotonovelas de la época con las que obtendría cierto éxito, llegando incluso a figurar como extra en la exitosa Quo Vadis; pero no sería hasta que se cruzara en su camino el productor Carlo Ponti (más adelante único marido de la actriz y gran amor de su vida) que le llegara el tan ansiado reconocimiento. Eran los años 50. Terminada la Guerra, Italia intentaba levantarse de nuevo; de esta manera Sofía creyó encontrar en ese nuevo mundo que Ponti abría y descubría ante ella una manera de escapar del hambre y la pobreza y de sacar a su familia adelante en la dura posguerra. Ponti había conocido a la actriz a raíz de su intervención en Aida (1953) y decidió contratarla y hacerse cargo de su formación; demostrando una enorme intuición, el productor se arriesgó con aquella semidesconocida adivinando en ella el talento que más adelante no sólo le enamoraría a él mismo, sino al mundo entero. El nuevo mecenas se encargó de que su pupila aprendiera idiomas, la pulió como actriz y se dispuso a presentarla internacionalmente. Su carrera como Sofía Loren (volvió a cambiar su nombre artístico por consejo de Ponti) comenzaría oficialmente en 1954 tras conocer a Vittorio De Sica y Marcello Mastroianni. La italiana participó en numerosas comedias y musicales formando una divertida e inolvidable pareja junto al gran Mastroianni, sin embargo, a partir de su matrimonio con Carlo Ponti su estilo cambiaría (nuevamente guiada por su marido, sabio conocedor de la industria) y comenzó a interesarse por proyectos más complejos: películas de aventuras, bélicas y melodramas pasionales. Sofía se casó con Ponti el 17 de septiembre de 1957; juntos tendrían dos hijos, Carlo Ponti Jr. y Edoardo Ponti. El matrimonio fue anulado temporalmente para evitar una demanda legal contra el productor tras acusarle de bigamia para casarse nuevamente en 1966. A pesar de esto Sofía no fue ajena a los rumores que circulaban y que la relacionaban casi siempre con compañeros de reparto, como por ej Cary Grant. Para la segunda mitad de la década de 1950, Loren era ya muy popular en Hollywood, protagonizando películas junto a Frank Sinatra y el mencionado Grant. La actriz firmó un contrato por cinco películas con los estudios Paramount con las que produjo entre otras Deseo bajo los olmos (Desire under the elms, con Anthony Perkins), Houseboat (con Cary Grant) y Heller in Pink Tights, bajo la dirección de George Cukor, en 1960. Tras una irregular carrera Sofía se había ganado el cariño de los italianos que la animaban y alababan, sobre todo cuando participaba en producciones patrias, en las que se sentía infinitamente más libre. En 1960 llegaría por fin la oportunidad de demostrar al mundo su talento y su consagración definitiva; su impresionante trabajo en la película de 1960, Dos mujeres, dirigida por Vittorio de Sica, le valió varios premios, entre ellos el de mejor actriz en los festivales de Cannes, Berlín y Venecia; terminando, como colofón, por alzarse con la preciada estatuilla dorada como mejor actriz en la ceremonia de los Oscar de ese año, siendo la primera en ganarlo con una actuación en lengua no inglesa. No sería la primera vez que optaría a la estatuilla ya que en 1964 sería de nuevo nominada por su papel en "Matrimonio a la italiana". Más adelante, en 1991, recibiría el Oscar honorífico por su contribución al mundo del cine, y fue declarada uno de los tesoros mundiales del cine. Durante los años sesenta fue considerada el símbolo vivo más importante de su país, una signo de la identidad toscana, pues encarnaba a la perfección la imagen de la italiana de "rompe y rasga". A pesar de esto, Sofía era considerada no sólo una mujer hermosa, sino también muy aguda; eran frecuentes sus irónicos comentarios haciendo gala de un sutil y fino sentido del humor como los referentes a su dieta "todo lo que ven, se lo debo al spaghetti" o la conocida sentencia "la fantasía del hombre es la mejor arma de la mujer" En 1980, Sofía Loren tuvo el raro privilegio de actuar como ella misma y como su madre, en una producción para televisión; la película estaba basada en su libro autobiográfico titulado Sophia: su propia historia. Dos años después saldrían a la luz sus problemas con el fisco italiano llegando a ser condenada a 18 días de cárcel por evasión de impuestos (por suerte para ella, este "episodio", al ocurrir dos años más tarde, no llegó a formar parte del guión de la película de su vida) También mantuvo un pleito con el Estado italiano al intentar evadir su colección de arte tasada en 3.600.000 euros. Ya en sus sesentas, Loren se volvió mucho más selectiva con sus papeles, expandiéndose además, profesionalmente, como buena empresaria hacia otro tipo de negocios: publicando libros de cocina, anunciando anteojos, joyería y perfumes, y siendo incluso la primer actriz en lanzar una fragancia propia. En esta época actuó también en la exitosa Prêt-à-Porter, de Robert Altman, y en la comedia Grumpier Old Men (Dos viejos más gruñones), junto a otra gran pareja, inolvidable, del cine: Walter Matthau y Jack Lemmon. Tras la trágica muerte de su esposo, Carlo Ponti, Loren se retiró parcialmente del mundo del espectáculo dedicándose a sus labores humanitarias como embajadora de la ONU y continúa recibiendo premios y homenajes, como el recientemente concedido por el festival de cine de Roma en reconocimiento a toda su carrera. En este último año ha vuelto a estudiar distintos proyectos con los que volver, en breve, y para alegría de sus seguidores, al cine (está confirmada su aparición en "Nine" el musical de Rob Marshall revisando el clásico de Fellini "Ocho y medio") Este mismo mes la italiana ha visitado la ciudad de Burgos con motivo de una exposición sobre El Cid, casi medio siglo después del estreno de la película sobre el legendario caballero castellano que protagonizó junto a Charlton Heston en 1961. "Es volver a un momento mágico de mi vida", confesó la estrella italiana de 73 años, según distintos medios, refiriéndose al papel que interpretó en la película de Anthony Mann como doña Jimena, esposa del guerrero interpretado por Heston. Esperemos que esta visita a España se repita pronto |
Sofía Loren |
http://www.sofialoren.es/index.php?option=com_content&task=view&id=12&Itemid=1
Vibrante, rotunda, carnal, enorme, genialmente italiana...así es Sofia Villani Scicolone, más conocida como Sofía Loren, uno de los más grandes mitos que ha regalado el cine al mundo. De origen humilde, siempre decía de sí misma "Las dos grandes ventajas que tuve al nacer son haber nacido sabia y haber nacido pobre", tuvo el coraje de salir adelante en la Italia de la posguerra y llegar a lo más alto, encarnando (nunca mejor dicho) el sueño (y los sueños de los) americanos, convirtiéndose en una de las más glamourosas y elegantes estrellas del cine mundial de los 50 y 60. Alabada aún por su belleza, lo es también por su indiscutible talento para la interpretación.
Sofía Loren vino al mundo el 20 de septiembre de 1934 en el hospital Regina Magerita de capital italiana; hija de la profesora de piano Romilda Villani y del ingeniero Ricardo Scicolone, muy ponto, tras el abandono de éste, se trasladaría junto a su madre y su hermana a Pozzcoli (Nápoles) donde pasaría su infancia. Con la segunda Guerra Mundial como marco histórico, la familia de Sofía adoleció de graves problemas económicos (agudizados por el absoluto desinterés de la figura paterna, que si bien cedió en dar sus apellidos a Sofía, no haría lo propio con su hermana, María) La pequeña Sofía, influenciada quizá por su madre, comenzó a estudiar magisterio, compaginándolo con sus participaciones en varios concursos de belleza en los que, a tenor de sus cualidades, arrasaba sin dificultad. Entre otros resultó elegida Miss Principessa del Mare en 1949, con 15 años, y Miss Eleganzza y Finalista de Miss Italia los años siguientes. Era evidente para todos que el increíble físico mediterráneo de Sofía le abriría muchas puertas. Quizá en venganza al abandono paterno, quizá sólo por motivos profesionales, el hecho es que Sofía se cambió el apellido por el de Lazzaro, y como tal figuraría en los créditos de varias fotonovelas de la época con las que obtendría cierto éxito, llegando incluso a figurar como extra en la exitosa Quo Vadis; pero no sería hasta que se cruzara en su camino el productor Carlo Ponti (más adelante único marido de la actriz y gran amor de su vida) que le llegara el tan ansiado reconocimiento. Eran los años 50. Terminada la Guerra, Italia intentaba levantarse de nuevo; de esta manera Sofía creyó encontrar en ese nuevo mundo que Ponti abría y descubría ante ella una manera de escapar del hambre y la pobreza y de sacar a su familia adelante en la dura posguerra. Ponti había conocido a la actriz a raíz de su intervención en Aida (1953) y decidió contratarla y hacerse cargo de su formación; demostrando una enorme intuición, el productor se arriesgó con aquella semidesconocida adivinando en ella el talento que más adelante no sólo le enamoraría a él mismo, sino al mundo entero. El nuevo mecenas se encargó de que su pupila aprendiera idiomas, la pulió como actriz y se dispuso a presentarla internacionalmente. Su carrera como Sofía Loren (volvió a cambiar su nombre artístico por consejo de Ponti) comenzaría oficialmente en 1954 tras conocer a Vittorio De Sica y Marcello Mastroianni. La italiana participó en numerosas comedias y musicales formando una divertida e inolvidable pareja junto al gran Mastroianni, sin embargo, a partir de su matrimonio con Carlo Ponti su estilo cambiaría (nuevamente guiada por su marido, sabio conocedor de la industria) y comenzó a interesarse por proyectos más complejos: películas de aventuras, bélicas y melodramas pasionales. Sofía se casó con Ponti el 17 de septiembre de 1957; juntos tendrían dos hijos, Carlo Ponti Jr. y Edoardo Ponti. El matrimonio fue anulado temporalmente para evitar una demanda legal contra el productor tras acusarle de bigamia para casarse nuevamente en 1966. A pesar de esto Sofía no fue ajena a los rumores que circulaban y que la relacionaban casi siempre con compañeros de reparto, como por ej Cary Grant. Para la segunda mitad de la década de 1950, Loren era ya muy popular en Hollywood, protagonizando películas junto a Frank Sinatra y el mencionado Grant. La actriz firmó un contrato por cinco películas con los estudios Paramount con las que produjo entre otras Deseo bajo los olmos (Desire under the elms, con Anthony Perkins), Houseboat (con Cary Grant) y Heller in Pink Tights, bajo la dirección de George Cukor, en 1960. Tras una irregular carrera Sofía se había ganado el cariño de los italianos que la animaban y alababan, sobre todo cuando participaba en producciones patrias, en las que se sentía infinitamente más libre. En 1960 llegaría por fin la oportunidad de demostrar al mundo su talento y su consagración definitiva; su impresionante trabajo en la película de 1960, Dos mujeres, dirigida por Vittorio de Sica, le valió varios premios, entre ellos el de mejor actriz en los festivales de Cannes, Berlín y Venecia; terminando, como colofón, por alzarse con la preciada estatuilla dorada como mejor actriz en la ceremonia de los Oscar de ese año, siendo la primera en ganarlo con una actuación en lengua no inglesa. No sería la primera vez que optaría a la estatuilla ya que en 1964 sería de nuevo nominada por su papel en "Matrimonio a la italiana". Más adelante, en 1991, recibiría el Oscar honorífico por su contribución al mundo del cine, y fue declarada uno de los tesoros mundiales del cine. Durante los años sesenta fue considerada el símbolo vivo más importante de su país, una signo de la identidad toscana, pues encarnaba a la perfección la imagen de la italiana de "rompe y rasga". A pesar de esto, Sofía era considerada no sólo una mujer hermosa, sino también muy aguda; eran frecuentes sus irónicos comentarios haciendo gala de un sutil y fino sentido del humor como los referentes a su dieta "todo lo que ven, se lo debo al spaghetti" o la conocida sentencia "la fantasía del hombre es la mejor arma de la mujer" En 1980, Sofía Loren tuvo el raro privilegio de actuar como ella misma y como su madre, en una producción para televisión; la película estaba basada en su libro autobiográfico titulado Sophia: su propia historia. Dos años después saldrían a la luz sus problemas con el fisco italiano llegando a ser condenada a 18 días de cárcel por evasión de impuestos (por suerte para ella, este "episodio", al ocurrir dos años más tarde, no llegó a formar parte del guión de la película de su vida) También mantuvo un pleito con el Estado italiano al intentar evadir su colección de arte tasada en 3.600.000 euros. Ya en sus sesentas, Loren se volvió mucho más selectiva con sus papeles, expandiéndose además, profesionalmente, como buena empresaria hacia otro tipo de negocios: publicando libros de cocina, anunciando anteojos, joyería y perfumes, y siendo incluso la primer actriz en lanzar una fragancia propia. En esta época actuó también en la exitosa Prêt-à-Porter, de Robert Altman, y en la comedia Grumpier Old Men (Dos viejos más gruñones), junto a otra gran pareja, inolvidable, del cine: Walter Matthau y Jack Lemmon. Tras la trágica muerte de su esposo, Carlo Ponti, Loren se retiró parcialmente del mundo del espectáculo dedicándose a sus labores humanitarias como embajadora de la ONU y continúa recibiendo premios y homenajes, como el recientemente concedido por el festival de cine de Roma en reconocimiento a toda su carrera. En este último año ha vuelto a estudiar distintos proyectos con los que volver, en breve, y para alegría de sus seguidores, al cine (está confirmada su aparición en "Nine" el musical de Rob Marshall revisando el clásico de Fellini "Ocho y medio") Este mismo mes la italiana ha visitado la ciudad de Burgos con motivo de una exposición sobre El Cid, casi medio siglo después del estreno de la película sobre el legendario caballero castellano que protagonizó junto a Charlton Heston en 1961. "Es volver a un momento mágico de mi vida", confesó la estrella italiana de 73 años, según distintos medios, refiriéndose al papel que interpretó en la película de Anthony Mann como doña Jimena, esposa del guerrero interpretado por Heston. Esperemos que esta visita a España se repita pronto |
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Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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