AGENDA QUE IMPULSA LONGUEIRA PREOCUPA AL SENADOR
- Una tensión subterránea se ha generado por las discrepancias de enfoque político y estratégico entre el histórico e influyente parlamentario, con las propuestas que propicia el indiscutido líder del partido desde el gobierno.
Conocida es la posición que siempre ha sostenido el histórico senador de la UDI, Jovino Novoa, como defensor de los principios doctrinarios que tradicionalmente han identificado a dicho partido.
Es la actitud que lo ha caracterizado como dirigente, la que no abandonó con la llegada del actual gobierno, al no ocultar desde el primer momento, su discrepancia con propuestas o medidas impulsadas por las autoridades que considerara distantes de la línea de su colectividad.
Nunca ha sido sorprendente que su interés sea priorizar el perfil propio de la UDI aun si ello implica un conflicto con sus aliados.
Pero lo que marca una diferencia ahora, es la fuerza con que el parlamentario irrumpió como el guardián de aquellas posiciones que busca proteger, precisamente, cuando su partido logró una presencia impensada en los círculos de poder después del último cambio de gabinete.
Es que para Novoa, el ingreso de figuras de la talla de Pablo Longueira o Andrés Chadwick al ministerio, si bien puede haber resultado beneficioso para el gobierno, en su perspectiva no necesariamente ha sido funcional a los intereses de la UDI.
Parte del alegato del senador -quién se opuso tenazmente a que abandonaran el Senado para emigrar al gabinete- apunta a que la potencia mostrada por ambos ha significado que la UDI aparezca completamente identificada con el ideario de Piñera, que no considera el que mejor representa a su partido.
Pero en ese contexto, lo que le preocupa, especialmente, es que justamente aquellas ideas que percibe más distantes de lo que estima que son los principios tradicionales de la UDI, las encarne nada menos que Longueira desde su sitial en Economía.
Es un hecho que nadie discute el ascendiente que Novoa tiene al interior de su colectividad, pero considerando que es igualmente incuestionable el fuerte liderazgo que mantiene el actual ministro -a quién se le reconoce el mismo interés por perfilar al partido- la embestida del senador ha generado un fuerte remezón, por las implicancias que puede tener una colisión entre las dos principales figuras de la poderosa UDI.
Marcando la diferencia
Fuerte fue el impacto que produjeron las despiadadas críticas al gobierno que lanzó Novoa justo al iniciarse el último Consejo General de su partido hace 20 días. En ellas no sólo cuestionó la conducción del gobierno en el conflicto estudiantil, sino rechazó con especial fuerza la posibilidad de realizar una reforma tributaria -que precisamente impulsa Longueira- como asimismo, descalificó los argumentos de que las manifestaciones ciudadanas hacían necesarias modificaciones como el cambio al sistema binominal por la crisis de representatividad.
Como defensor de la doctrina más tradicional de la derecha, el senador se ha encargado de reiterar públicamente que la agenda del gobierno no puede focalizarse solamente en la lucha contra la desigualdad o los abusos y restarle la importancia que requiere el crecimiento o la seguridad.
Con dicha posición, Novoa no sólo representa a los sectores más duros de su partido, sino también aquella sensibilidad más ortodoxa, que recién interpretó con sus críticas descarnadas en contra de las políticas impulsadas por su sucesor, el ex ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine.
Tal es la convicción del histórico senador de la UDI de lo que postula, que junto con plantear que el proyecto de su partido es más importante que la agenda del gobierno, emprendió algunas acciones para defender sus ideas.
Büchi a la cancha
Entre ellas, la que más ruido produjo fue la elaboración del documento de la Comisión Económica de la UDI en la que desbarata la tesis de que se requiera una reforma tributaria, descartando, además, que subir impuestos sea un instrumento adecuado para redistribuir los ingresos.
Como admiten quienes comparten dicha postura, la intención detrás del documento -en el que participó activamente el ex ministro de Hacienda, Hernán Büchi- más que buscar que el gobierno decline su idea de proponer un alza tributaria, fue que cuando comience el debate, poner sobre la mesas sus ideas.
En esta estrategia, existe coincidencia en que Novoa se anotó un punto al lograr que Büchi, además, hiciera una exposición ante los diputados de su partido acerca de aquellos principios que ambos consideran que se deben defender, aunque sea en contra de la línea del gobierno.
La intervención de Büchi -considerado un gurú en la UDI- en la que desestimó que por tratar de mejorar su popularidad, las autoridades aparezcan dispuestas a transar los principios, impactaron incluso en los diputados menos identificados con las posturas más doctrinarias.
Longueira inmune
Pero no por eso la arenga que apuntó a defender las banderas propias del partido o de la derecha, afectó la adhesión a Longueira, porque aun cuando éste aparezca encarnando la línea que cuestionan los más ortodoxos, no son pocos los que consideran que además de ser una figura intocable, el perfil que ha cultivado desde el ministerio, no puede considerarse contradictorio con los principios de la UDI, ni menos con lo que él ha creído siempre.
Es que aun cuando muchos coincidan con la necesidad de defender algunas posturas más propias de la derecha, comparten el énfasis social que ha puesto el ministro con su actual agenda en contra de los abusos o de las desigualdades. Tanto es así que, rechazando la acusación de populista que se le ha hecho, no son pocos los que consideran que la línea que ha marcado Longueira también forma parte del ideario de la UDI como partido identificado con los sectores populares, que ahora debe hacerlo también con la postergada clase media.
Estrategias diferentes
Es innegable que, desde siempre, han existido a lo menos matices de diferencia en términos doctrinarios entre la línea del senador Novoa, cercana a la derecha más dura, con la posición inclinada a los social que encarna Longueira, actualmente al alero del gobierno piñerista.
Pero las discrepancias que han aflorado con más fuerza luego de la arremetida del parlamentario, aun cuando apunten a temas de fondo, están íntimamente relacionadas con las distintas miradas estratégicas que tienen respecto a lo que es más beneficioso para la UDI.
La percepción de Novoa, por ejemplo, parte de la base que la única manera de no perder el potencial electoral de la UDI es rescatando sus propias banderas, marcando toda la distancia que sea posible de un gobierno que no ha podido recuperar su popularidad. En esa línea, se inscribe, por ejemplo, su rechazo a que dos de sus principales figuras ingresaran al gabinete, en parte porque le restaban fuerza la UDI en el Senado, pero además, por el riesgo de que desde dentro terminaran sometidos a los dictados de Piñera. En su mirada actual, si bien es cierto que ambos aparecen con un inusitado poder, tanto en lo económico como en lo político, están completamente compenetrados de la agenda presidencial que es la que le produce reparos.
Como lo ha reconocido, Novoa cree que no sólo se deben recuperar los énfasis pro crecimiento o en temas de seguridad que son los que demandan los electores, sino además piensa la focalización en la lucha contra la desigualdad o los abusos, aparte de que no reditúa electoralmente porque son ideas que identifican a la Concertación, puede tener como consecuencia que aumenten los indignados.
Es precisamente lo que no comparten ni Longueira ni tampoco Chadwick, quienes desde el momento que optaron entrar al gabinete, fue porque estiman que el destino de la UDI está estrechamente ligado a que al gobierno tenga éxito. Pero en el punto donde la discrepancia es más profunda, es que contrariamente a la tesis de Novoa, estiman que la agenda social que encarna especialmente Longueira está demostrando que reporta beneficios, como lo confirmaría el hecho de que el actual titular de Economía ha subido 10 puntos en las encuestas, que hace que sus partidarios lo miren incluso como presidenciable.
Con estas diferencias de enfoque entre quienes tienen el mayor arraigo en el partido, el remezón, aunque subterráneo, ha sido ineludible. Porque mientras la postura de Novoa penetra en la militancia, Longueira aparece inmune, como lo confirmó el cerrado aplauso de pie que recibió en el último Consejo General
Fuente:
Saludos
Rodrigo González FernándezDiplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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