Mujeres que ganaron una guerra
02.11.11 - 01:38 -
Con su inocencia erótica, estas jóvenes acabaron convertidas en símbolos de una revolución más que en protagonistas de un género Nacidas de las ilustraciones creadas para ser sacadas de las revistas y colgadas en la pared ('pin-up'), ellas fueron las chicas del calendario, aquellas que animaron a los soldados durante la Segunda Guerra Mundial y las que revolucionaron todo el mundo masculino y femenino con sus provocaciones y la libertad y frescura que de ellas emanaba. Aún hoy siguen marcando pautas de estilo y de moda y muchas intentan emularlas, solo hay que ojear las páginas de revistas donde 'celebrities' como la modelo y diseñadora Dita von Teese o actrices como Scarlett Johansson se empeñan en recuperar aquel glamur que tiene su origen más directo en el fragor de una batalla que entablaron los editores por ganar lectores en 1920.
Ahora, al ver el estudio escrito por Charles G. Martignette y Louis K. Meisel en 'The Great American Pin-Up' sobre un género artístico del que ellas fueron las protagonistas indudables, no podemos dejar de tararear ese 'Put The Blame on Mame' que Rita Hayworth popularizara en su 'striptease' de brazo en 'Gilda'. No es de extrañar, siendo esa actriz la coronada como reina de las 'pin-ups' en 1950 y llamada al servicio por el Gobierno norteamericano durante la Guerra de Corea en una época en la que recibía 2.500 peticiones semanales de soldados que solicitaban una fotografía suya. Es cierto que no fue la primera reina, pero pocos recordarán ya «aquellas piernas del millón de dólares» que dieron el triunfo en el año 42 a Betty Grable, la protagonista de 'Pin-Up Girl' que logró agotar todas las entradas de los cines que exhibieron el filme y que ya mostraba lo bien que se le daban a estas chicas 'ganar' las guerras y las batallas.
Zafarrancho de combate
Antes de que el general MacArthur comentara el fenómeno de las 'pin-ups' citando el apoyo que estas imágenes suponían para sus hombres otros habían descubierto las propiedades 'terapéuticas' que ciertas imágenes tenían para sus mentes. Fueron aquellos muchachos que regresaban de las trincheras de la Primera Guerra Mundial los que importaron a Norteamérica unas postales 'risqué' francesas protagonizadas por muchachas galas e italianas que posaban desnudas o en posturas provocativas.
«Las empresas norteamericanas de calendarios empezaron entonces a producir a gran escala 'pin-ups' basadas en estas nuevas imágenes libertadoras importadas de Europa. Estas versiones norteamericanas de la fémina europea liberada, que se llamarían 'flappers', entraron bailando el charlestón en la década de 1920», explica Martignette. El fenómeno se multiplicó y llegaron las coristas del Ziegfeld Follies retratadas por el peruano Alberto Vargas; las elegantes chicas Christy, creadas por Howard Chandler Christy, del que podemos ver ese legado que dejó a la belleza femenina en los murales que aún hoy adornan las paredes del Café des Artistes en Nueva York, o las taciturnas hembras de Earl Moran, el pintor capaz de hacer que las piernas de Marilyn Monroe fueran más bonitas, al menos para ella, que siempre pensó que las tenía demasiado delgadas.
Así, cuando la Segunda Guerra Mundial volvió a movilizar a los soldados, estos no quería desprenderse de sus 'pin-ups'. Los cielos se llenaron entonces de chicas guapas y patriotas pintadas en los morros de los aviones por los mejores artistas de cada base aérea con la excusa de que servían como amuletos de la buena suerte, por lo que no tardaron en lucir palmito en las cazadoras de cuero de los pilotos.
Como documentan los autores del libro, a medida que la guerra continuaba, las principales empresas productoras de calendarios aumentaron la producción de estas ilustraciones. Toda una época dorada para los ilustradores que comenzó su declive aquel día en el que Pirelli publicó el primer calendario fotográfico en 1964. Pero aquellas chicas siguen ahí, en el imaginario colectivo, porque cómo olvidar a una Bettie Page, aquella 'playmate' de pelo y flequillo negro de la que Hugh Hefner dijo: «Fue una mujer notable, un icono de la cultura pop que ejerció su influencia sobre la sexualidad y las tendencias en la moda, alguien que provocó un tremendo impacto en nuestra sociedad». Todo lo que es eterno jamás estará pasado de moda.
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
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Diplomado en Coaching Ejecutivo ONU(
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