| Cecilia Bolocco anoche fue al concierto de Julio Iglesias para saludar a su amigo y relajarse en medio de días agitados, ad portas del tercer lanzamiento de su línea de vestuario para Apology de Falabella.
Esta noche, en el Portal La Dehesa, será la estrella en el desfile de su colección Otoño-Invierno.
Para eso suma meses de trabajo y un inspirador viaje por París, donde se empapó de los que mejor saben del tema, como Ives Saint-Laurent y Valentino. Y también de una exposición del fotógrafo norteamericano Richard Avedon. "El le devolvió todo el glamour a la mujer después de la Segunda Guerra Mundial. Guapísimas, con peinados súper elaborados, maquillajes bien dramáticos y toda esta sastrería que antes era dominio del hombre. Esa es la realidad de la mujer actual. Quise impregnarla de ese glamour y hacer un clóset masculino de calce perfecto", anuncia.
A un año de establecer un giro en su vida y atreverse como diseñadora (lo que estudió y de lo que soñó vivir alguna vez), hoy se mueve con el mismo arrojo y versatilidad que busca en su propuesta.
"Me siento mucho más en mi salsa. Tengo mi equipo. Hablamos el mismo lenguaje, ya conocen mis mañas (risas). Muchas veces las cosas que para mí eran más importantes no eran las más consideradas. El calce, el corte… Se preocupaban de hacer una cosa impactante a la vista, más que útil… Yo peleé mucho por eso. ¡Me preocupaba de descoser las mangas y hacer de nuevo las pinzas! Cosa que por ahí no preocupa a cualquier diseñador", sostiene.
Vestida en un traje de diseño propio en el que sabe luce espectacular, agrega: "El halago más importante de una mujer es escucharle decir: «Me siento maravillosa cuando me pongo una prenda tuya». Al sentirse uno así refleja lo mismo. Esplendor".
Cecilia aplica todos sus secretos y hace chaquetas en las que cual-quie-ra luce impecable. Sus pantalones vienen "con cola incluida" y sus chaquetas son sexies por sí mismas. Palazzos, pitillos, blusones búlgaros, infaltables camisas blancas "muy femeninas", vuelos, satín, organza, seda y tafetán. Todo muy curvilíneo antes de la primera postura.
"Hay una mezcla entre lo que te pones sobre la piel, que te hace sentir femenina, y estas prendas masculinas en las que te envuelves, que son una especie de escudo para salir al mundo. A batallar".
Hay una línea más lúdica para el campo ("con pantalones de montar en pana en vez de cotelé, que te engorda") o el asado de fin de semana . "Esto es súper coqueto. Tiene la fuerza de lo masculino, pero la sensualidad de lo femenino".
—¿Tiene esa pasión francesa?
—Sííí. Toda. Ahí está lo de Ives Saint-Laurent, el precursor de la mujer de look masculino, pero de una sensualidad increíble. Es la combinación perfecta con el dominio del hombre y cómo se impone en el mundo. Adopta la fuerza, pero no pierde la feminidad.
"Echo de menos hacer algo más espectacular"
Esta noche Cecilia se prepara para celebrar en familia. Ha dicho que no tiene pareja, un poco más tarde reconoció eso sí que "a uno nunca le falta Dios", sin embargo seguro será el centro de las miradas a tiempo completo de sus 500 invitados.
"Hay que arreglarse para pasarlo bien", continúa a propósito de lo "ponibles" de sus modelos. Pero como siempre va un paso más adelante, ya piensa en sorprender con la espectacularidad en una nueva etapa.
Esta noche lucirá un pequeño adelanto en los dos únicos vestidos de noche que diseñó. Hay sólo 6 de cada uno. La misma exclusividad que ostentan sus chalecos de piel, sin mangas, sólo tres a la venta. "Veremos cuándo damos ese nuevo paso. Quiero expandirme en la creación. Imagino grandes cosas que, por ahora, tengo que aterrizar".
Sus fanáticas la siguen. El otro día estaba comprándole a Máximo su primera mascota —un hamster llamado Algodón— cuando una clienta le reclamó no haber encontrado otro color en un par de botas que usa dichosa. A estas alturas claramente no existen. Todo se agotó hace mucho.
—¿Tú ya lo estás pasando bien? ¿Superaste la presión?
—Ya no siento la presión, pero sí la responsabilidad de cumplir con las expectativas de mis clientas. Hay un gran número de mujeres que han sido fieles seguidoras. Hay quienes van y se compran toda la colección el día del lanzamiento. Quiero sorprenderlas, tenerles prendas regalonas. Yo soy así, me gusta eso.
—¿Cumpliste contigo?
—Sí. Ahora veo que la colección ha mejorado una enormidad. Fue un arduo trabajo y un largo proceso para que asimilaran mis necesidades y cumplieran con mis estándares, que son bastante exigentes. No estaba en un 100% satisfecha. Hoy me siento mucho más contenta. Ves mis prendas colgadas y pueden ser de un gran diseñador de marca internacional.
—Se trata de hacer alta costura para una tienda de departamento, es un proceso que requiere tiempo. Ahora doy ciertas directrices y la prenda llega como la quiero ver. Ya tenemos un camino recorrido. Me siento más contenta. Por eso empiezo a ver el siguiente paso. Echo de menos hacer algo más espectacular.
—¿Esta coraza para enfrentar al mundo tiene que ver con tu manera de moverte en él?
—Es increíble. En la época de CNN me ponía mi traje dos piezas y ya me sentía escuchada, arropada. Lo mismo al recogerme el pelo. Hay ciertos códigos, para las reuniones de trabajo, donde la mayoría son hombres. Si vas con el vestidito sexy no te van a considerar como debe ser. Me pongo una falda lápiz, ajustada, pero con mi chaqueta súper ejecutiva. Y con un bolso, más maletín. Es fundamental vestirse ad hoc para cada ocasión. Son tus armas. Y hay un mecanismo en mí para eso. | | |
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