Ya estamos en pleno verano, y los bañadores están en primera línea en el armario. La obsesión por un cuerpo perfecto aumenta exponencialmente en esta época. Y los jóvenes son el colectivo más vulnerable, y especialmente ellas. Durante la adolescencia su cuerpo está cambiando, se está terminando de formar su personalidad y tienen una mayor propensión a sufrir trastornos alimentarios.
Por eso, queremos advertirte para que prestes atención a la conducta de tus hijos, o de los jóvenes que tengas a tu alrededor. Como nos advierten desde distintos organismos como la Sociedad Española de Psiquiatría: la detección precoz y la prevención de la anorexia nerviosa son claves para evitar que este trastorno alimentario progrese entre los jóvenes.
Los datos son aterradores: la anorexia es la tercera enfermedad crónica más frecuente entre adolescentes. La edad de comienzo habitual está entre los 13 y los 16 años, el 95% de los casos se dan en estas edades y mayoritariamente entre niñas (9 de cada 10 enfermos de anorexia son niñas). Influyen factores biológicos, psicológicos, familiares y socioculturales. Y ojo, cuando más intensa es la dieta, mayor riesgo de que desemboque en un trastornos alimenticios.
Lo que durante los meses de verano es un régimen para perder algunos kilos, en septiembre se convierte en el hábito de dejar de comer y en la obsesión por adelgazar. Observa a tus hijos: aunque el fenómeno más llamativo es la pérdida de peso, también se producen cambios de carácter, irritabilidad o aislamiento en casa y de las amistades.
El problema de la anorexia nerviosa es que no existe sensación de pérdida de control, todo lo contrario, cuando más se evita la comida, más sensación de control tienen los expertos y mayor satisfacción experimentan.
Por todo esto, además de estar muy pendiente de tus hijos, edúcalos en hábitos saludables, en una alimentación sana, que coman bien desde pequeños, enséñales a cuidarse, explícales que hay distintos tipos de cuerpos y distintos pesos y sobre todo edúcalos desde el interior: que tengan una personalidad propia, que se conozcan a ellos mismos, que sepan todas sus virtudes
Cuando más vulnerables sean y menos se quieran a ellos mismos, más posibilidades hay de que aparezcan estos trastornos.
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Ya estamos en pleno verano, y los bañadores están en primera línea en el armario. La obsesión por un cuerpo perfecto aumenta exponencialmente en esta época. Y los jóvenes son el colectivo más vulnerable, y especialmente ellas. Durante la adolescencia su cuerpo está cambiando, se está terminando de formar su personalidad y tienen una mayor propensión a sufrir trastornos alimentarios.
Por eso, desde Belleza Pura queremos advertirte, para que prestes atención a la conducta de tus hijos, o de los jóvenes que tengas a tu alrededor.
Como bien advierten la desde distintos organismos como la Sociedad Española de Psiquiatría: la detección precoz y la prevención de la anorexia nerviosa son claves para evitar que este trastorno alimentario progrese entre los jóvenes.
Los datos son aterradores: la anorexia es la tercera enfermedad crónica más frecuente entre adolescentes.
La edad de comienzo habitual está entre los 13 y los 16 años, el 95% de los casos se dan en estas edades y mayoritariamente entre niñas (9 de cada 10 enfermos de anorexia son niñas). Influyen factores biológicos, psicológicos, familiares y socioculturales. Y ojo, cuando más intensa es la dieta, mayor riesgo de que desemboque en un trastorno alimentario.
Lo que durante los meses de verano es un régimen para perder algunos kilos, en septiembre se convierte en el hábito de dejar de comer y en la obsesión por adelgazar. Observa a tus hijos: aunque el fenómeno más llamativo es la pérdida de peso, también se producen cambios de carácter, irritabilidad o aislamiento en casa y de las amistades.
El problema de la anorexia nerviosa es que no existe sensación de pérdida de control, todo lo contrario, cuando más se evita la comida, más sensación de control tienen los expertos y mayor satisfacción experimentan.
Por todo esto, además de estar muy pendiente de tus hijos, edúcalos en hábitos saludables, que coman bien desde pequeños, enséñales a cuidarse, explícales que hay distintos tipos de cuerpos y distintos pesos y sobre todo edúcalos desde el interior: que tengan una personalidad propia, que se conozcan a ellos mismos, que sepan todas sus virtudes
Cuando más vulnerables sean y menos se quieran a ellos mismos, más posibilidades hay de que aparezcan estos trastornos.
verano, y los bañadores están en primera línea en el armario. La obsesión por un cuerpo perfecto aumenta exponencialmente en esta época. Y los jóvenes son el colectivo más vulnerable, y especialmente ellas. Durante la adolescencia su cuerpo está cambiando, se está terminando de formar su personalidad y tienen una mayor propensión a sufrir trastornos alimentarios.
Por eso, desde Belleza Pura queremos advertirte, para que prestes atención a la conducta de tus hijos, o de los jóvenes que tengas a tu alrededor.
Como bien advierten la desde distintos organismos como la Sociedad Española de Psiquiatría: la detección precoz y la prevención de la anorexia nerviosa son claves para evitar que este trastorno alimentario progrese entre los jóvenes.
Los datos son aterradores: la anorexia es la tercera enfermedad crónica más frecuente entre adolescentes.
La edad de comienzo habitual está entre los 13 y los 16 años, el 95% de los casos se dan en estas edades y mayoritariamente entre niñas (9 de cada 10 enfermos de anorexia son niñas). Influyen factores biológicos, psicológicos, familiares y socioculturales. Y ojo, cuando más intensa es la dieta, mayor riesgo de que desemboque en un trastorno alimentario.
Lo que durante los meses de verano es un régimen para perder algunos kilos, en septiembre se convierte en el hábito de dejar de comer y en la obsesión por adelgazar. Observa a tus hijos: aunque el fenómeno más llamativo es la pérdida de peso, también se producen cambios de carácter, irritabilidad o aislamiento en casa y de las amistades.
El problema de la anorexia nerviosa es que no existe sensación de pérdida de control, todo lo contrario, cuando más se evita la comida, más sensación de control tienen los expertos y mayor satisfacción experimentan.
Por todo esto, además de estar muy pendiente de tus hijos, edúcalos en hábitos saludables, que coman bien desde pequeños, enséñales a cuidarse, explícales que hay distintos tipos de cuerpos y distintos pesos y sobre todo edúcalos desde el interior: que tengan una personalidad propia, que se conozcan a ellos mismos, que sepan todas sus virtudes
Cuando más vulnerables sean y menos se quieran a ellos mismos, más posibilidades hay de que aparezcan estos trastornos.
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