"No había motivo para abuchear a Rodríguez sin razón"
Todos los días se toman deciciones, algunas son más duras que otras y con mayores consecuencias. Y si no, que se lo digan a Natalia Rodríguez, la atleta española que fue descalificada después de ganar la medalla de oro por empujar a su directa competidora, la etíope Gelete Burka.
Júbilo contenido
Cruzó primera la línea de meta, pero no gritó de júbilo, pues el Olimpiastadium de Berlín la abucheó al unísono por lo que había ocurrido 250 metros atrás. Justo antes de la última vuelta, cuando las corredoras sacan todo lo que llevan dentro para el sprint final, la etíope Gelete Burka iba en cabeza, seguida muy de cerca por la española Natalia Rodríguez. Ésta última vio que la etíope se abría ligeramente hacia la derecha y la española intentó algo arriesgado: adelantarla por dentro. No había tiempo para las dudas. Y Natalia se la jugó. Luchó por su puesto a costa de otra corredora. Gelee Burka cayó sobre la pista y la española se colocó primera. La carrera ya era suya. Nadie le hacía sombra y llegó sola a la meta. Pero en su cara se dibujaba apenas una sonrisa prudente. Ni siquiera se atrevió a dar la vuelta al estadio con la bandera.
Media hora después de haberse subido al podium llegó la decisión del jurado: la descalificación. Rodríguez lloraba desconsolada por ese oro que se le escapaba de las manos. La Federación Internacional de Atletismo se valió del artículo 163.2 del reglamento: "Cualquier atleta que empuje u obstruya a otro impidiéndole avanzar se expone a ser descalificado".
Opiniones diversas
Después del incidente, la opinión pública se ha dividio a partes iguales. Unos ven claramente que Rodríguez desplaza a la corredora etíope de la pista, otros no ven nada o consideran legítimo el empleo de esta práctica. De lo que no hay duda es de que las 70.000 personas que abucheaban en el Olimpiastadium de Berlín opinaban de la misma forma.
Hans Stollwerk, especialista en sociología deportiva de la Escuela Superior de Deportes de Colonia, opina sobre el incidente: "En un acontecimiento deportivo como el Mundial de Atletismo, el público es generalmente muy especializado. Yo mismo vi a final retransmitida en televisión y seguí otras retransmisiones internacionales y todas eran de la misma opinión. La española había empujado a la etíope para ganar el puesto. Por eso no me extraña la reacción del público."
En sociología deportiva se estudia también la actitud del público en los eventos deportivos y su influencia sobre los propios deportistas. "En todos casos se puede hablar de público justo o injusto, dice Stollwerk, pues todos son humanos. Pero precisamente en esta final no había ninguna atleta alemana y no había motivo para protestar sin razón. Si el público abucheó al unísono, es porque la medalla era injusta."
"Yo sé que he corrido bien, no he cometido ninguna falta, no soy una atleta que arriesgue en ese sentido", fue lo primero que dijo Natalia tras la carrera. Cuando recuperó el aliento, explicó cómo había visto la carrera desde dentro: "A falta de 250 metros, Gelete se abrió un poco y dejó espacio en la parte interior de la calle uno. En el momento en que vio que yo iba a pasar se cerró, me desplazó, me salí un poco de la pista y cuando me volví a meter ella cayó".
José Luis de Carlos, jefe del equipo español de atletismo ratificó la decisión del jurado: "Pedimos ver el vídeo porque creíamos que había obstrucción de Gelete; nos lo enseñaron a cámara lenta y por desgracia se ve claramente en las tomas traseras y delanteras que es Natalia quien empuja y hace caer a Gelete".
Una carrera difícil
Los 1500 metros son una carrera difícil. Stollwerk asegura: "Los golpes y los codazos son algo habitual en los 1500. Es una carrera rápida en la que es normal que las corredoras se pisen y se vayan dando rodillazos continuamente porque corren muy juntas y cada centímetro es vital. Los roces son gajes del oficio, pero lo que hizo Natalia Rodríguez había que penalizarlo. Fue totalmente intencionado."
Con la decisión de la organización, la bahrainí Maryam Yusuf Jamal se proclamó como la nueva campeona del mundo –antes segunda-, seguida la británica Lisa Dobriskey y de la estadounidense Shannon Rowbury.
La corredora española declaró horas más tarde que, de no haber ganado una medalla, este incidente no le habría costado la descalificación. "Obviamente que no, declara Stollwerk, si uno es 5°, 6° o 7° no le importa a nadie. Sin embargo, la cuestión es si ella necesitaba realmente arriesgarse tanto. Los 1500 metros son una de las pruebas más atractivas y que ha dado muchas medallas al equipo español. Y que ocurra esto es una pena. Creo que ella estaba en condiciones de ganar la prueba sin necesidad de recurrir a la fuerza física y puede que hubiera ganado si hubiera elegido otra táctica. Una pena, pero otra vez será".
Autora: Lara Ortiz de Landazuri
Editora: Emilia Rojas Sasse
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Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
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