Marta Hurtado de Mendoza — @pandademendoza — Lo mejor de Paris Hilton es su voz, sin duda. Tiene esa entonación grave y ronca que solo se consigue cuando se vive al máximo. Es el tono de quien se ríe con ganas, de quien hace lo que quiere hacer, de quien canta súper alto las canciones que le encantan y de quien está acostumbrada a contar las mejores historias. Ojo, esto no tiene que ver con el dinero que se tiene en la cuenta o el árbol genealógico al que se pertenece. Es una cuestión de actitud ante la vida, es una cuestión de filosofía.Y sí, la voz de Paris Hilton es la expresión de todo esto. Cuando te encuentras con ella, toda cascada rubia de bucles, piernas infinitas y tacones épicos, y la escuchas hablar por primera vez es como si algo no cuadrara. Esa voz no le pega, puedes pensar. ¿Y por qué? ¿Porque viste como una Barbie? Cuando la escuchas explicar por qué le gusta vestir como una Barbie y aprecias su gran sentido del humor materializado en esa voz rasposa tan condenadamente especial todo encaja.
Paris Hilton es una estupenda conversadora. Cada una de sus respuestas podría dar para un corte audiovisual porque el inicio y el cierre son siempre perfectos, nunca pierde el hilo de lo que está contando y lo que está contando, en sí, está perfectamente argumentado. Y eso, cuando tienes delante a una persona que no conoces de nada, que te está preguntando cosas que quizá puede sacar de contexto o que quizá quiera hacerte quedar no demasiado bien –las intenciones de muchos periodistas son inescrutables, ciertamente– es mucho. En la entrevista que ha concedido para sus #7días7looks dejó varias cosas muy claras, y estas cinco a tener especialmente en cuenta:
1. Le encanta la música electrónica, le chifla el clubbing y su uso de la palabra o del verbo rave no es nunca en vano. A Paris Hilton la puedes ver bailando en Circoloco –la fiesta ibicenca a la que ves si de verdad te gusta bailar, donde no hay lista VIP y donde no hay reservados ni photocall–, la puedes ver apoyando a DJs que no tienen cachés loquísimos –locos sí, esto es Ibiza–, y la puedes ver en fiestas de las que solo te enteras si te gustan las raves porque se celebran en lugares que casi nadie conoce.
2. Ama Ibiza sobre todas las cosas. Y conoce muy, muy bien Ibiza. Esto es: no hay postureo. Sabe dónde que hay ir y sabe lo que hay que hacer, y esto no incuye yates, cenas impagables o fiestas inaccesibles. Es más, todo lo contrario. Le gusta recorrerse la isla en quad, le gusta ir a bucear, le gusta estar entre rocas y hacer planes, como ella define, 'de chicazo'.
3. Está absolutamente entregada a su trabajo y sus compromisos laborales son lo primero. Ante varias preguntas sobre eventos festivos que se celebran a lo largo del año –el festival Burning Man, por ejemplo, su respuesta es recurrente: "No puedo ir porque siempre estoy contratada para actuar en esa época".
4. Ella es la reina de su imperio y no necesita ningún rey o consorte en el que apoyarse. En el reino de Paris Hilton no se pone el sol y es algo en lo que ha trabajado ella para que así sea. Paris actúa, Paris diseña, Paris se recorre el mundo de show en show, y no lo hace solo como artista sino como lo hace una mujer de negocios. Como la letra de King Of My Castle, la canción de Wamdue Project, aquel himno dance de finales de los 90', pero en versión femenina: Must be the reason why I'm QUEEN of my castle/ Must be the reason why I'm free in my threshole/ Must be the reason why I'm QUEEN of my castle/ Must be reason why I'm making examples to you.
5. Tiene un dominio absoluto y un conocimiento veraz de su imagen y del poder que encierra. No visualices a una Barbie más allá de esos bucles rubios, esos vestidos de lentejuelas y ese amor desmedido por el rosa y todo lo que brilla porque aquí nadie juega a las muñecas con Paris Hilton. Ella se viste y se desviste, ella decide qué se pone y cuándo se lo pone. No entiendas sus selfiescomo un acto de vanidad vacía, entiéndelos como una de las mejores vías de negocio posible.
Y así empiezan los #7días7looks de una de las poseedoras de uno de los armarios más alucinantes, épicos y desmesurados que el ser humano puede acumular. Y de una las mujeres de negocios más brillante que jamás conocerás.
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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Santiago- Chile
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