La mexicana que diseña moda para el planeta Marte
BBC Mundo
A cargo del vestuario de la película John Carter, Mayes Rubeo se encargó de inventar atuendos para civilizaciones imaginarias, diseñadora también de Avatar, es una de las latinas más reconocidas por Hollywood
Hay una batalla épica por librarse, entre los belicosos Hombre Rojos de Zodanga y Helium, los salvajes Tharks y los misteriosos Therns.
Todo, en la superficie del planeta Barsoom, que supo ser territorio de riquezas y hoy es un páramo devastado por las guerras, al que llega un héroe de la Tierra, directamente desde Arizona, para convertirse en una pieza clave de un conflicto milenario.
¿Mucho enredo? El espectador podrá aclararlo todo frente a la pantalla grande, con los combates a todo color de la superproducción John Carter, la apuesta a la que Disney destinó más de US$250 millones. Pero a le tocó imaginarse el despliegue mucho antes de que largara el rodaje: fue la encargada de "vestir" a los personajes e inventar el lenguaje de la moda de civilizaciones inexistentes.
Esta mexicana sabe de componer mundos de ciencia ficción: fue también responsable de vestuario en la película Avatar, la más taquillera de la historia, así como del Apocalypto de Mel Gibson.
Nacida en ciudad de México y radicada en Los Ángeles desde los años '80, Rubeo es uno de los nombres fuertes de la industria cuando se trata de cortes y costuras.
Esta vez, abrigó a los habitantes de Marte -Barsoom, en el relato, no es sino nombre del planeta rojo según sus propios habitantes- sin escatimar telas en capas y túnicas, ni detalles en escudos, tiaras y otros ornamentos.
En total, diseñó 1800 trajes para un filme en el que el vestuario resulta un elemento clave para entender las fuerzas en conflicto.
"Se necesita una organización tremenda cuando uno hace un filme épico. Tuvimos una etapa previa a la preproducción, lo cual es un lujo, y este desafío fue superior a cualquier cosa que haya hecho antes", señaló Rubeo a BBC Mundo.
Hombre centenario
Nacido de los libros de Edgar Rice Burroughs, el personaje de John Carter celebra en 2012 su centenario. El atlético héroe fue protagonista de la serie de novelas Barsoom a las que el también autor de Tarzán puso la pluma, y que ha sido reconocido como fuente de inspiración por escritores de la talla de Ray Bradbury y Arthur C. Clarke o cineastas como James Cameron y George Lucas.
La película de Disney está inspirada en la primera de diez historias, Una princesa de Marte, que narra el viaje del terrícola Carter al planeta rojo a mediados del siglo XIX, donde se convierte en testigo y protagonista de la guerra entre las ciudades de Zodanga y Helium.
La variedad de culturas en choque, reales e imaginarias, fue el primer desafío para Rubeo.
"El vestuario es un elemento distintivo de las civilizaciones. Siempre, en la vida real, ha sido importante que los ejércitos se distingan, los propios de los ajenos, pues para no matarse entre ellos, ¿no? Nunca hay que confundir al público. Si tenemos una gran batalla, la audiencia tiene que entender quién es quién", detalló.
En el taller que Rubeo tiene en Italia armaron los prototipos: primero los ejércitos, luego los personajes principales, finalmente los seres virtuales -marcianos de cuatro brazos- que completan la trama.
"Marte siempre ha sido representado por el cine como un escenario bien futurista. Pero aquí teníamos de partida la novela de Burroughs de hace 100 años, es ciencia ficción pero de civilizaciones antiguas, por decirlo así", explicó la diseñadora.
El reto máximo llegó sobre el final de la cinta, en una descomunal escena de boda para la que Rubeo pensó y armó 400 trajes distintos, entre ellos el de la novia, con 120 mil cristales aplicados a mano.
"Podríamos haber tomado el camino fácil y haber hecho una producción en masa, pero elegimos hacer cada uno diferente y único. Es el sueño de un vestuarista poder hacer algo así", reveló.
Moda etrusca
Para buscar inspiración, la mexicana asegura que recurre a todo indicio de moda que se le cruce al paso, desde los atuendos de mayas y aztecas de su país natal al arte tribal de los Massai o los Himbas, en África.
Para John Carter, tuvo especial interés en las civilizaciones antiguas de la zona del mar Adriático, alrededor del año 600 a.C., en elementos de la Mesopotamia, Macedonia y los etruscos. Pero también debió estudiar la moda estadounidense de fines del siglo XIX para el personaje central.
"Uno busca inspiración en cosas que le son familiares, pero también en lo que le es ajeno. Y lo que queda no es una mélange, son elementos específicamente escogidos y analizados para crear una estética nueva de un mundo desconocido", aclaró la creativa.
Esta vez le tocó hacer equipo con el director Andrew Stanton, el mismo de Buscando a Nemo y guionista de Wall-e, quien Rubeo asegura parecía "haber ido de visita a Borsoom y estar de regreso, con todo el diagrama creativo en la cabeza".
Antes, la mexicana se puso a las órdenes de uno de los hombres con fama de "difíciles" en Hollywood: el director James Cameron.
Para la diseñadora, la cinta Avatar de Cameron fue su consagración en la primera plana del cine, por la que fue nominada al equivalente al Oscar que otorga la Academia de Diseñadores de Vestuario.
"James Cameron es un genio, un hombre verdaderamente talentoso: es bueno dibujando, creando técnicas de cinematografía, es un gran contador de historias... me siento afortunada de haber hecho ese trabajo", indicó a BBC Mundo.
Pero hay más gratitudes para quienes apoyaron su carrera. Del cine independiente, dice, aprendió a crear con recursos escasos. Luego, Mel Gibson le dio la oportunidad de diseñar la estética maya de Apocalypto, a la que siguió Dragonball: Evolution y ahora World War Z, una de zombies que tiene a Brad Pitt al frente del elenco.
"Cuando me vine a Estados Unidos, empecé totalmente desde abajo, como último asistente del departamento de vestuario, pegando botones y haciendo cintas. Mi sueño era diseñar filmes distintos con cineastas creativos y he tenido la suerte de lograrlo", concluyó Rubeo.
Todo, en la superficie del planeta Barsoom, que supo ser territorio de riquezas y hoy es un páramo devastado por las guerras, al que llega un héroe de la Tierra, directamente desde Arizona, para convertirse en una pieza clave de un conflicto milenario.
¿Mucho enredo? El espectador podrá aclararlo todo frente a la pantalla grande, con los combates a todo color de la superproducción John Carter, la apuesta a la que Disney destinó más de US$250 millones. Pero a le tocó imaginarse el despliegue mucho antes de que largara el rodaje: fue la encargada de "vestir" a los personajes e inventar el lenguaje de la moda de civilizaciones inexistentes.
Esta mexicana sabe de componer mundos de ciencia ficción: fue también responsable de vestuario en la película Avatar, la más taquillera de la historia, así como del Apocalypto de Mel Gibson.
Nacida en ciudad de México y radicada en Los Ángeles desde los años '80, Rubeo es uno de los nombres fuertes de la industria cuando se trata de cortes y costuras.
Esta vez, abrigó a los habitantes de Marte -Barsoom, en el relato, no es sino nombre del planeta rojo según sus propios habitantes- sin escatimar telas en capas y túnicas, ni detalles en escudos, tiaras y otros ornamentos.
En total, diseñó 1800 trajes para un filme en el que el vestuario resulta un elemento clave para entender las fuerzas en conflicto.
"Se necesita una organización tremenda cuando uno hace un filme épico. Tuvimos una etapa previa a la preproducción, lo cual es un lujo, y este desafío fue superior a cualquier cosa que haya hecho antes", señaló Rubeo a BBC Mundo.
Hombre centenario
Nacido de los libros de Edgar Rice Burroughs, el personaje de John Carter celebra en 2012 su centenario. El atlético héroe fue protagonista de la serie de novelas Barsoom a las que el también autor de Tarzán puso la pluma, y que ha sido reconocido como fuente de inspiración por escritores de la talla de Ray Bradbury y Arthur C. Clarke o cineastas como James Cameron y George Lucas.
La película de Disney está inspirada en la primera de diez historias, Una princesa de Marte, que narra el viaje del terrícola Carter al planeta rojo a mediados del siglo XIX, donde se convierte en testigo y protagonista de la guerra entre las ciudades de Zodanga y Helium.
La variedad de culturas en choque, reales e imaginarias, fue el primer desafío para Rubeo.
"El vestuario es un elemento distintivo de las civilizaciones. Siempre, en la vida real, ha sido importante que los ejércitos se distingan, los propios de los ajenos, pues para no matarse entre ellos, ¿no? Nunca hay que confundir al público. Si tenemos una gran batalla, la audiencia tiene que entender quién es quién", detalló.
En el taller que Rubeo tiene en Italia armaron los prototipos: primero los ejércitos, luego los personajes principales, finalmente los seres virtuales -marcianos de cuatro brazos- que completan la trama.
"Marte siempre ha sido representado por el cine como un escenario bien futurista. Pero aquí teníamos de partida la novela de Burroughs de hace 100 años, es ciencia ficción pero de civilizaciones antiguas, por decirlo así", explicó la diseñadora.
El reto máximo llegó sobre el final de la cinta, en una descomunal escena de boda para la que Rubeo pensó y armó 400 trajes distintos, entre ellos el de la novia, con 120 mil cristales aplicados a mano.
"Podríamos haber tomado el camino fácil y haber hecho una producción en masa, pero elegimos hacer cada uno diferente y único. Es el sueño de un vestuarista poder hacer algo así", reveló.
Moda etrusca
Para buscar inspiración, la mexicana asegura que recurre a todo indicio de moda que se le cruce al paso, desde los atuendos de mayas y aztecas de su país natal al arte tribal de los Massai o los Himbas, en África.
Para John Carter, tuvo especial interés en las civilizaciones antiguas de la zona del mar Adriático, alrededor del año 600 a.C., en elementos de la Mesopotamia, Macedonia y los etruscos. Pero también debió estudiar la moda estadounidense de fines del siglo XIX para el personaje central.
"Uno busca inspiración en cosas que le son familiares, pero también en lo que le es ajeno. Y lo que queda no es una mélange, son elementos específicamente escogidos y analizados para crear una estética nueva de un mundo desconocido", aclaró la creativa.
Esta vez le tocó hacer equipo con el director Andrew Stanton, el mismo de Buscando a Nemo y guionista de Wall-e, quien Rubeo asegura parecía "haber ido de visita a Borsoom y estar de regreso, con todo el diagrama creativo en la cabeza".
Antes, la mexicana se puso a las órdenes de uno de los hombres con fama de "difíciles" en Hollywood: el director James Cameron.
Para la diseñadora, la cinta Avatar de Cameron fue su consagración en la primera plana del cine, por la que fue nominada al equivalente al Oscar que otorga la Academia de Diseñadores de Vestuario.
"James Cameron es un genio, un hombre verdaderamente talentoso: es bueno dibujando, creando técnicas de cinematografía, es un gran contador de historias... me siento afortunada de haber hecho ese trabajo", indicó a BBC Mundo.
Pero hay más gratitudes para quienes apoyaron su carrera. Del cine independiente, dice, aprendió a crear con recursos escasos. Luego, Mel Gibson le dio la oportunidad de diseñar la estética maya de Apocalypto, a la que siguió Dragonball: Evolution y ahora World War Z, una de zombies que tiene a Brad Pitt al frente del elenco.
"Cuando me vine a Estados Unidos, empecé totalmente desde abajo, como último asistente del departamento de vestuario, pegando botones y haciendo cintas. Mi sueño era diseñar filmes distintos con cineastas creativos y he tenido la suerte de lograrlo", concluyó Rubeo.
Fuente:
Saludos
Rodrigo González Fernández
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