Miguel "Negro" Piñera
"Sebastián adora los picnics en los parques de París"
FOTO: PABLO SUTBRIN
18-03-2010 / El hermano exótico del presidente chileno se autodefine como el "rey de la noche" y no se despega de su rubia argentina. Quiere abrir un boliche en Buenos Aires, elogia a Cristina y disfruta de la fortuna familiar: "Viajamos mucho porque tenemos pasajes gratis".
Por Florencia Canale
A simple vista, Miguel Piñera y Belén Hidalgo son una pareja como cualquiera. Sin embargo, el hermano del flamante presidente de Chile Sebastián Piñera y su mujer –una argentina, 27 años menor que él– desembarcaron en Buenos Aires para participar del festival "Argentina abraza a Chile". Como una suerte de Bonnie and Clyde trasandinos pero sin asaltos, los enamorados no se separan nunca. Él se dice músico y viajante empedernido; ella, modelo y conductora. En un perfecto chileno, casi mejor que el de él, la infartante rubia habla loas de su cuñado mandatario: "Sebastián es entusiasta y muy sencillo; le encanta hacer picnics en los parques de París". Y tampoco escatima piropos para su pololo: "Nunca imaginé que iba a tener un marido tan lindo por fuera y por dentro". El "Negro" Piñera muestra su último CD editado en su país, cuenta sus viajes, alaba a su mujer, rinde tributo a su hermano.
–¿Esta no es su primera vez aquí, no?
–He venido muchas veces. Y como viajamos gratis por Lan Chile... Así hemos viajado por el mundo con Belén todos estos años, aprovechando que mi hermano es el dueño.
–¿Es verdad que quiere abrir una discoteca en Buenos Aires?
–Sí, con unos socios chilenos que viven aquí. Yo tengo boliches en varios lugares.
–Es un hombre de la noche.
–Me dicen que soy el rey de la noche. Porque soy músico y los músicos viven de noche.
–¿Desde siempre?
–Sí, de siempre. De toda la vida. Mi padre fue embajador, estuvo en Bélgica dos años, después en Naciones Unidas.
–¿Y partió con toda la familia?
–Sí, vivimos en Bruselas y en París. Mi padre era embajador y yo era un niño, tenía 10, 12 años. Estuvimos en Naciones Unidas en el '69, estuve en Woodstock, me tocó ver a Santana, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Joe Cocker, y ahí dije: "Yo quiero ser como estos tipos". Yo estudié en Nueva York, iba a la escuela en la limousine de la embajada.
–¿Y todo eso no lo confundió? Para un niño, viajar en limousine...
–La verdad que no. Tengo una familia austera, somos gente muy común.
–Pero vivieron una vida poco común.
–Bueno, yo era un chico. Un día mi papá nos llamó y nos dijo: "Chicos, hay un nuevo presidente que se llama Eduardo Frei Montalva", era el año '64. Era íntimo amigo de mi padre y le pidió que tomara la embajada de Bélgica. Nos lo anunció y a la semana nos fuimos.
–¿Era buen alumno?
–Mediocre. Lo mío era la música. Y de un día para el otro, nos volvimos a mudar. Viajamos en barco hasta Nueva York y nos quedamos cuatro años.
–Un adolescente, y en ese momento.
–Los hippies, el flower power...
–Qué notable, un hermano tan serio y el otro tan descontracturado.
–Somos seis hermanos, cuatro varones y dos mujeres. Todos recibidos con masters en Harvard, todos con las mejores calificaciones; dos hermanos que fueron candidatos a la presidencia, mi hermano José también fue candidato. Son todos destacados y yo salí diferente, hippie y músico. Y me dediqué a recorrer el mundo con mi guitarra.
–¿Vivía de eso?
–Tocando en restaurantes, pubs. Llegué a California, me instalé en San Francisco, viví en Hawaii y volví a Chile en el '80. Y cuando volví formé una banda y me fue bastante bien. Después abrí boliches en Cancún, siempre con socios. Y en el 2002 apareció Belén en Viña. Me enamoré de ella, sus padres se preocuparon.
–Usted es todo lo que una madre no querría nunca para su hija.
–Me querían matar al principio. Me mandaron al hermano mayor para rescatarla.
–¿Qué cosas cambiaron ahora que es el hermano del presidente?
–Yo asumo la responsabilidad de ser el hermano del presidente. Tengo un proyecto, que es hacer una pequeña fundación para apoyar a todos los músicos jóvenes emergentes de escasos recursos, que no tengan la posibilidad de mostrar su talento.
–¿Quiso esconderlo durante la campaña?
–No, para nada. Soy la oveja negra de la familia, pero nada más. Sigo siendo muy responsable, nunca he estado metido en ningún problema. Mis padres nos dejaron muchos valores, principios y educación, que es lo más importante. Todo lo que ha hecho mi hermano ha sido en base a esfuerzo y trabajo. Nadie le regaló nada. Además de ser un "trabajólico" muy inteligente y visionario, luchador y guerrero, es un aventurero.
–Aventurero como usted.
–Bucea, salimos en moto por América latina juntos. Tenemos un grupo de Harley y él se suma a algunos tramos cuando puede. Le gusta tirarse en parapente, paracaídas.
–Deportes de riesgo.
–Sí, le gusta bucear a 30 metros de profundidad. Sebastián invita a toda la familia, una o dos veces por año, y viajamos. Somos más de veinte personas. Cuando mi madre vivía venía en la silla de ruedas, y mi tío obispo, hermano de mi padre, monseñor Bernardino Piñera, también. A mi hermano le gusta mucho la música. Canta conmigo.
–¿Le gusta el rock como a usted?
–Él canta rancheras, le gusta Leonardo Favio, Sandro, Piero. Cuando empieza a cantar, no para. Antes venía a mi boliche y le pedían que cantara y subía al escenario. Nos decían el dúo "Pimpiñera". Cuando hice la campaña con él, me sacaba de la cama a las siete de la mañana.
–¿Qué hacía usted en la campaña?
–Cantaba y reunía a la gente por todo Chile. Y después él daba su discurso. La campaña con él me dejó muy estresado.
–¿Qué opina de Cristina Fernández?
–Tenemos una muy buena relación con ella. La presidenta Kirchner, ahora que estuvo en Santiago, fue la más valiente adentro del Congreso. Ella se quedó y fue muy solidaria con el pueblo chileno.
–Hablemos de la postura política de su hermano.
–Este es el primer gobierno de centro.
–Dicen que llegó la derecha a Chile.
–Mi hermano no es de derecha. La derecha son muy pocos en mi país.
–¿Quedan pocos?
–La derecha, la derecha, quedan muy pocos. Mi hermano Sebastián siempre ha sido una persona de centro. Ganó gracias a la clase media que quería un cambio porque después de veinte años de Concertación, un cambio hace bien en cualquier gobierno. La alternancia en el poder es vital. Sebastián trajo a los mejores.
–¿Qué opina de las drogas?
–En esa época éramos muy rebeldes. Yo creo que las drogas no conducen a nada.
A simple vista, Miguel Piñera y Belén Hidalgo son una pareja como cualquiera. Sin embargo, el hermano del flamante presidente de Chile Sebastián Piñera y su mujer –una argentina, 27 años menor que él– desembarcaron en Buenos Aires para participar del festival "Argentina abraza a Chile". Como una suerte de Bonnie and Clyde trasandinos pero sin asaltos, los enamorados no se separan nunca. Él se dice músico y viajante empedernido; ella, modelo y conductora. En un perfecto chileno, casi mejor que el de él, la infartante rubia habla loas de su cuñado mandatario: "Sebastián es entusiasta y muy sencillo; le encanta hacer picnics en los parques de París". Y tampoco escatima piropos para su pololo: "Nunca imaginé que iba a tener un marido tan lindo por fuera y por dentro". El "Negro" Piñera muestra su último CD editado en su país, cuenta sus viajes, alaba a su mujer, rinde tributo a su hermano.
–¿Esta no es su primera vez aquí, no?
–He venido muchas veces. Y como viajamos gratis por Lan Chile... Así hemos viajado por el mundo con Belén todos estos años, aprovechando que mi hermano es el dueño.
–¿Es verdad que quiere abrir una discoteca en Buenos Aires?
–Sí, con unos socios chilenos que viven aquí. Yo tengo boliches en varios lugares.
–Es un hombre de la noche.
–Me dicen que soy el rey de la noche. Porque soy músico y los músicos viven de noche.
–¿Desde siempre?
–Sí, de siempre. De toda la vida. Mi padre fue embajador, estuvo en Bélgica dos años, después en Naciones Unidas.
–¿Y partió con toda la familia?
–Sí, vivimos en Bruselas y en París. Mi padre era embajador y yo era un niño, tenía 10, 12 años. Estuvimos en Naciones Unidas en el '69, estuve en Woodstock, me tocó ver a Santana, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Joe Cocker, y ahí dije: "Yo quiero ser como estos tipos". Yo estudié en Nueva York, iba a la escuela en la limousine de la embajada.
–¿Y todo eso no lo confundió? Para un niño, viajar en limousine...
–La verdad que no. Tengo una familia austera, somos gente muy común.
–Pero vivieron una vida poco común.
–Bueno, yo era un chico. Un día mi papá nos llamó y nos dijo: "Chicos, hay un nuevo presidente que se llama Eduardo Frei Montalva", era el año '64. Era íntimo amigo de mi padre y le pidió que tomara la embajada de Bélgica. Nos lo anunció y a la semana nos fuimos.
–¿Era buen alumno?
–Mediocre. Lo mío era la música. Y de un día para el otro, nos volvimos a mudar. Viajamos en barco hasta Nueva York y nos quedamos cuatro años.
–Un adolescente, y en ese momento.
–Los hippies, el flower power...
–Qué notable, un hermano tan serio y el otro tan descontracturado.
–Somos seis hermanos, cuatro varones y dos mujeres. Todos recibidos con masters en Harvard, todos con las mejores calificaciones; dos hermanos que fueron candidatos a la presidencia, mi hermano José también fue candidato. Son todos destacados y yo salí diferente, hippie y músico. Y me dediqué a recorrer el mundo con mi guitarra.
–¿Vivía de eso?
–Tocando en restaurantes, pubs. Llegué a California, me instalé en San Francisco, viví en Hawaii y volví a Chile en el '80. Y cuando volví formé una banda y me fue bastante bien. Después abrí boliches en Cancún, siempre con socios. Y en el 2002 apareció Belén en Viña. Me enamoré de ella, sus padres se preocuparon.
–Usted es todo lo que una madre no querría nunca para su hija.
–Me querían matar al principio. Me mandaron al hermano mayor para rescatarla.
–¿Qué cosas cambiaron ahora que es el hermano del presidente?
–Yo asumo la responsabilidad de ser el hermano del presidente. Tengo un proyecto, que es hacer una pequeña fundación para apoyar a todos los músicos jóvenes emergentes de escasos recursos, que no tengan la posibilidad de mostrar su talento.
–¿Quiso esconderlo durante la campaña?
–No, para nada. Soy la oveja negra de la familia, pero nada más. Sigo siendo muy responsable, nunca he estado metido en ningún problema. Mis padres nos dejaron muchos valores, principios y educación, que es lo más importante. Todo lo que ha hecho mi hermano ha sido en base a esfuerzo y trabajo. Nadie le regaló nada. Además de ser un "trabajólico" muy inteligente y visionario, luchador y guerrero, es un aventurero.
–Aventurero como usted.
–Bucea, salimos en moto por América latina juntos. Tenemos un grupo de Harley y él se suma a algunos tramos cuando puede. Le gusta tirarse en parapente, paracaídas.
–Deportes de riesgo.
–Sí, le gusta bucear a 30 metros de profundidad. Sebastián invita a toda la familia, una o dos veces por año, y viajamos. Somos más de veinte personas. Cuando mi madre vivía venía en la silla de ruedas, y mi tío obispo, hermano de mi padre, monseñor Bernardino Piñera, también. A mi hermano le gusta mucho la música. Canta conmigo.
–¿Le gusta el rock como a usted?
–Él canta rancheras, le gusta Leonardo Favio, Sandro, Piero. Cuando empieza a cantar, no para. Antes venía a mi boliche y le pedían que cantara y subía al escenario. Nos decían el dúo "Pimpiñera". Cuando hice la campaña con él, me sacaba de la cama a las siete de la mañana.
–¿Qué hacía usted en la campaña?
–Cantaba y reunía a la gente por todo Chile. Y después él daba su discurso. La campaña con él me dejó muy estresado.
–¿Qué opina de Cristina Fernández?
–Tenemos una muy buena relación con ella. La presidenta Kirchner, ahora que estuvo en Santiago, fue la más valiente adentro del Congreso. Ella se quedó y fue muy solidaria con el pueblo chileno.
–Hablemos de la postura política de su hermano.
–Este es el primer gobierno de centro.
–Dicen que llegó la derecha a Chile.
–Mi hermano no es de derecha. La derecha son muy pocos en mi país.
–¿Quedan pocos?
–La derecha, la derecha, quedan muy pocos. Mi hermano Sebastián siempre ha sido una persona de centro. Ganó gracias a la clase media que quería un cambio porque después de veinte años de Concertación, un cambio hace bien en cualquier gobierno. La alternancia en el poder es vital. Sebastián trajo a los mejores.
–¿Qué opina de las drogas?
–En esa época éramos muy rebeldes. Yo creo que las drogas no conducen a nada.
FUENTE: http://www.elargentino.com/nota-82533-Sebastian-adora-los-picnics-en-los-parques-de-Paris.html
Saludos,
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RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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